Política

Relaciones EE UU/Corea del Norte

Kim vuelve a desafiar a Trump

El Ejército norcoreano lleva a cabo un ensayo de un nuevo misil táctico de corte alcance

Tras el fracaso de Hanói, el líder norcoreano, Kim Jong Un, pretende volver a reunirse con Donald Trump antes de finalizar este año / Efe
Tras el fracaso de Hanói, el líder norcoreano, Kim Jong Un, pretende volver a reunirse con Donald Trump antes de finalizar este año / Efelarazon

El Ejército norcoreano lleva a cabo un ensayo de un nuevo misil táctico de corte alcance.

La partida de ajedrez entre Corea del Norte y EE UU continúa. El líder del régimen Juche, Kim Jong Un, lanzó este miércoles un triple ataque a su contraparte norteamericana, Donald Trump. Primero, con el ensayo de lo que parece ser un arma táctica de corto alcance. Segundo, tratando de quitarse del medio a incómodos actores de este proceso, como es el secretario de Estado, Mike Pompeo. Y tercero, metiendo de lleno a Rusia en la partida con el anuncio de que Kim se reunirá con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en los próximos días. Tres movimientos que no hacen sino tensar unas relaciones que quedaron estancadas desde el estrepitoso fracaso de la cumbre entre los dos mandatarios en febrero en Hanói.

El primer golpe vino con el anuncio de la agencia oficial de noticias de Corea del Norte, KCNA, de que Kim había asistido el miércoles al ensayo de un nuevo sistema de armamento. Los analistas indicaron que podría tratarse de un nuevo misil guiado de corto alcance o de crucero ya que, según la agencia surcoreana Yonhap, el proyectil cubrió un corto alcance volando tan bajo que no fue capturado por el radar del Ejército estadounidense que rastrea los misiles norcoreanos. Pese a que tanto Washington como Seúl y Tokio no hicieron comentarios sobre el tipo de arma, los analistas lo interpretaron como un desafío a EE UU.

Asimismo, los expertos apuntaron a que el hecho de haber usado este tipo de arma evitó que Corea del Norte se saltara la moratoria que mantiene con EE UU sobre sus pruebas nucleares y lanzamiento de misiles o violara las sanciones. Por eso, apuntan a que también constituyó un mensaje para los ciudadanos norcoreanos sobre su fortaleza. De hecho, la semana pasada, Kim aseguró en un discurso no esperar un alivio de las sanciones a corto plazo y estar preparado para una larga lucha con EE UU, al tiempo que dejaba la puerta abierta a volverse a reunirse con Trump antes de fin de año.

Aquí entraría la segunda jugada de la combinación. Ayer, Kwon Jong Gun, un funcionario del Ministerio de Exteriores norcoreano a cargo de los asuntos americanos afirmó a la KCNA que «incluso si se reanudan las conversaciones con EE UU, espero que podamos tener como interlocutor, no a Pompeo, sino a alguien más que sea mejor en comunicación y más maduro». Su exigencia de sacar a Pompeo de las conversaciones sobre desnuclearización sirvió para aumentar la presión sobre Washington y dar un golpe sobre la mesa de puertas para adentro, donde el fracaso de la cumbre de Hanói fue motivo de vergüenza para el líder Juche, según los analistas.

Entonces, el diálogo con EE UU se vio truncado cuando Trump y Kim volvieron con las manos vacías de la Cumbre de Hanói, donde sus diferencias a la hora de llegar a un acuerdo condujeron a una situación de punto muerto. Allí, Kim ofreció desmantelar un complejo nuclear a cambio del levantamiento gradual de las sanciones, pero Trump exigió que se deshicieran por completo de todo el material nuclear.

Para salir de ese atolladero, Pyongyang ha buscado ahora aliados y aquí llega el tercer movimiento. Moscú aseguró ayer que «durante la segunda mitad del mes de abril» el presidente ruso se reunirá con Kim probablemente en la ciudad oriental de Vladivostok. Su encuentro, que precederá al de Putin con el presidente chino, Xi Jinping, servirá para que Pyongyang consolide una alianza de la que pueda echar mano en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, usando su poder de veto si EE UU trata de imponer nuevas sanciones contra el régimen Juche.

Pero Washington ha hecho lo propio y su enviado para las conversaciones con Corea del Norte, Stephen Biegun, ya se ha desplazado a la capital rusa para tratar sobre el proceso de desnuclearización. Todo esto hacer pensar que continúa la partida y que, a la espera del contraataque de Estados Unidos, ambos están abiertos todavía a negociar. Eso sí, con fechas límite. Para Kim, el final de año, tal y como dijo hace unos días. Si para entonces Trump no ha cambiado su postura en cuanto a las sanciones, puede que la artillería pesada del régimen Juche vuelva a poner en jaque a su contrincante.