Política

Colombia

La caravana humana de Guaidó

La Guardia Nacional Bolivariana intenta sabotear el viaje del «presidente encargado» al Estado de Táchira. El ex jefe de contrainteligencia de Chávez rompe con el régimen y reconoce al opositor.

La caravana humana de Guaidó
La caravana humana de Guaidólarazon

La Guardia Nacional Bolivariana intenta sabotear el viaje del «presidente encargado» al Estado de Táchira. El ex jefe de contrainteligencia de Chávez rompe con el régimen y reconoce al opositor.

La alerta estaba dada desde muy temprano: Juan Guaidó encabezará una caravana que irá desde Caracas hasta la frontera con Colombia, en Táchira (oeste). El equipo del presidente de la Asamblea Nacional informó el punto de salida desde muy temprano, y allá se instalaron los periodistas para registrar la partida y lograr alguna declaración. Pero Guaidó nunca llegó.

La información de su ruta se filtró y se decidió suspender lo previsto. La Policía Nacional Bolivariana atravesó camiones en la autopista por donde transitaría el parlamentario reconocido como «presidente interino» por medio centenar de países para bloquear el paso. Mientras eso ocurría, ya Guaidó iba a bordo de un vehículo particular que salió de la capital sin llamar la atención.

En cambio, un grupo de diputados abordó cinco autobuses que los llevarían a la frontera desde otro punto de la ciudad, donde comenzó la travesía, pasadas las diez de la mañana. Esos automóviles fueron detenidos en el límite de Caracas, un punto de control militar, donde fueron abordados y fotografiados sus pasajeros antes de permitirles continuar el trayecto.

A las afueras de la capital, en la zona rural del Estado de Miranda, Guaidó se unió a la caravana y transitaba la ruta cerca de los autobuses, pero sin subir a los mismos. De esa manera, mantuvo la autonomía de movimiento con respecto al resto del grupo de opositores. Alcanzar la frontera por vía terrestre desde Caracas lleva entre 12 y 15 horas, por lo que se esperaba la llegada de Guaidó al Estado de Táchira al final de ayer jueves.

La diputada Mariela Magallanes, quien viajaba a bordo de uno de los buses, afirmó que la caravana salió «para ir a buscar la ayuda humanitaria que entrará al país el 23», que calificó como un reto. «Hemos caminado kilómetros. Tenemos nuestros planes B y si no llegamos, eso lo va a ver el mundo. Hay otros grupos de parlamentarios en la frontera».

Pero no sería fácil. Cuando el grupo iba por el Estado de Aragua, ya la Guardia Nacional al mando de Nicolás Maduro intervenía la ruta principal algunos kilómetros más adelante, bloqueando el túnel de La Cabrera, en el Estado de Carabobo gobernado por el partido oficialista. El grupo opositor tenía sus avanzadas. De manera que podían advertir los posibles cierres en las vías para prevenir los desvíos que hicieran falta para tomar rutas alternativas a la principal.

En ese punto de Carabobo, a la salida del túnel, soldados de la Guardia Nacional trancaron el paso generándose un forcejeo con diputados opositores que reclamaron la arbitrariedad. Los funcionarios instalaron barricadas para evitar que cualquier vehículo continuara rodando, golpearon a parlamentarios con sus escudos, lanzaron gases lacrimógenos y hasta pararon un camión al que le intentaron rajar sus llantas.

Los autobuses de los diputados circularon a contravía, donde la Guardia aún no había impedido el paso y superaron ese bloqueo. Pero se encontrarían con otros en los restantes 675 kilómetros. Durante buena parte del día, y al cierre de esta edición, era como un juego del gato y el ratón.

A Guaidó lo esperaban en Táchira con rumores de que acudirá a una cumbre de presidentes latinoamericanos en Cúcuta, (Colombia). Allí estarán en principio el local Iván Duque, Sebastián Piñera (Chile) y Mario Abdo (Paraguay), aunque se espera que dos más puedan asistir. Mike Pence, vicepresidente de Estados Unidos llegará el lunes a la ciudad fronteriza.

Juan Guaidó tiene una prohibición de salida del país dictada por el Tribunal Supremo chavista, y de lograr cruzar a territorio vecino, los cuerpos de inteligencia del régimen de Maduro pudieran impedir que regrese a Venezuela. Esos cuerpos han estado muy activos en la zona, e incluso el Gobierno colombiano expulsó a cinco ciudadanos venezolanos al calificarlos como una «amenaza» a la seguridad de Cúcuta. Además, los últimos militares detenidos por el régimen, cinco soldados desertores, fueron aprehendidos en la frontera.

Entretanto, Nicolás Maduro hablaba de nuevo a los militares, específicamente a los jefes de las Zonas de Defensa Integral (ZODI) del país, además del Alto Mando. Allí condenó que la oposición venezolana emplace a los uniformados a permitir el ingreso de ayuda humanitaria, calificando como «acoso» los llamamientos hechos a los responsables del cuidado de las fronteras.

Afirmó que el presidente colombiano insiste en provocaciones desde su país. «Esperemos que no le cumpla las órdenes de Donald Trump de buscar violencia en la frontera».

Ante ello, anunció el cierre de la frontera terrestre con Brasil y dijo estar evaluando hacer lo propio con el límite fronterizo con Colombia. «Yo no quiero tener que tomar una decisión de esas características, pero lo estoy evaluando. Hombre prevenido vale por dos», dijo Maduro.

Al norte del Estado de Roraima de Brasil también se agrupan cargamentos de ayuda humanitaria para Venezuela, dispuestos por el Gobierno de Jair Bolsonaro y por agencias de Estados Unidos. En Cúcuta, en territorio colombiano, ya suman más de 300 toneladas de asistencia internacional en espera del paso a jurisdicción venezolana.

Mientras, el ex jefe de contrainteligencia militar y diputado chavista Hugo Carvajal, reclamado por EE UU por narcotráfico, reconoció ayer a Guaidó y pidió a Maduro que asuma la crisis del país. «Presidente encargado de la República, Juan Guaidó, aquí está un soldado más por las causas de la libertad y la democracia para ser útil en la consecución de los objetivos de restablecer el orden constitucional que nos permitan convocar a elecciones libres», dijo en un vídeo.