Elecciones en Venezuela

La oposición planta a Maduro en las urnas

La MUD rechaza en bloque el «simulacro fraudulento» de las presidenciales del 22-A, pero no renuncia a participar en unos «comicios de verdad» y anuncia nuevas movilizaciones.

El coordinador político de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), Ángel Oropeza (c), hoy, 21 de febrero del 2018, en Caracas (Venezuela). EFE/MIGUEL GUTIÉRREZ
El coordinador político de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), Ángel Oropeza (c), hoy, 21 de febrero del 2018, en Caracas (Venezuela). EFE/MIGUEL GUTIÉRREZlarazon

La MUD rechaza en bloque el «simulacro fraudulento» de las presidenciales del 22-A, pero no renuncia a participar en unos «comicios de verdad» y anuncia nuevas movilizaciones.

«Habrá elecciones con oposición o sin ella», dijo Maduro el 15 de febrero. El bloque de partidos contrarios al chavismo amparados bajo el paraguas de la MUD (Mesa de la Unidad Democrática) ha tardado más de cinco días en dar una respuesta unificada, pero finalmente, ayer anunciaron que no participarán en los comicios del 22 de abril, que califican de «simulacro ilegítimo». Además, anunciaron que buscan lograr este año unas «elecciones de verdad». «Queremos competir, pero que no cuenten con la Unidad Democrática ni con el pueblo para avalar lo que hasta ahora es solo un simulacro fraudulento e ilegítimo de elección presidencial», dijo el portavoz oficial de la alianza opositora, Ángel Oropeza. «Lo que estamos pidiendo es una serie de condiciones mínimas, porque en una dictadura lo que necesitamos es una ventana, pero es tanto el miedo del Gobierno a que la gente se meta por ahí que decide cerrarlas todas», agregó. «Como el Gobierno sabe que en elecciones limpias pierde, no se quiere contar», ratificó.

La decisión de no acudir a los comicios convocados se alcanzó después de varias consultas con diversos sectores de la sociedad, según afirmó el portavoz, y coincidiendo con la posición asumida por actores relevantes, como la Conferencia Episcopal, las universidades autónomas nacionales, varios sindicatos y gremios profesionales, además del Grupo de Lima que agrupa a 14 países que adelantó que no reconocería al ganador de tales comicios. Oropeza aseguró que esta decisión se tomó «en consenso» y por parte de «todos» los partidos que conforman la alianza antichavista.

La MUD, además, retó al régimen a aceptar las condiciones electorales contenidas en el documento hecho y aprobado por unanimidad por los Cancilleres de Bolivia, Nicaragua, San Vicente (escogidos por la delegación chavista), México y Chile, el 2 de diciembre en República Dominicana. Tales condiciones incluyen, entre otras, la conformación de una autoridad electoral equilibrada, presencia de misiones de observación internacional independientes en todas las fases del proceso, el voto de los venezolanos en el exterior, el acceso igualitario a los medios de comunicación públicos y privados, la revocatoria de las inhabilitaciones a partidos y líderes, y la realización de las auditorias técnicas.

Tangencial a la Unidad está Henri Falcón, líder de Avanzada Progresista y exgobernador de Lara confirmó su candidatura presidencial y se mostró partidario de competir mientas se buscan mejores reglas. Actores de la alianza opositora desconfían que el ex chavista se alinee a sus posturas. El martes Falcón dijo ante varios periodistas que hay conversaciones –sin precisar con quién– para intentar mejorar las condiciones electorales y retrasar las elecciones planteadas.

Y es que no todos los actores se suman a ese desafío. El izquierdista partido MAS, el socialcristiano Copei y el candidato socialdemócrata Claudio Fermín han hecho por separado llamadas a enfrentarse a Maduro en las urnas en el escenario planteado. «Un candidato electo en la Venezuela de protestas es mucho más potente que el testimonio histórico de que no fuimos a votar por carencias de garantías», indicó Fermín. Ayer, un nuevo contendiente de Maduro propuso su nombre: el pastor evangélico Javier Bertucci. «Ser líder no significa ser político. Creo que el Gobierno es derrotable electoralmente si se realizan estas elecciones», afirmó, para después cuestionar la postura de no participar pues «debemos salir y que sea con un caudal tan grande que no haya dudas».

Sin embargo, la MUD insiste en su llamada a trazar una ruta única para exigir comicios transparentes. Anunciaron que conformarán un Frente Amplio Nacional por Elecciones Libres en el que esperan se incluyan todos los sectores de la vida civil.

Mientras tanto, el chavismo sigue jugando sus cartas. El vicepresidente del partido de gobierno, Diosdado Cabello, propondrá a la todopoderosa Asamblea Constituyente decretar un adelanto de elecciones parlamentarias que coincidan con las presidenciales. El poder legislativo real (no la cámara paralela instaurada por el chavismo) fue escogido para cinco años y está controlado por la oposición, pero con un cerco impuesto desde el Tribunal Supremo que mantiene a la Asamblea Nacional «en desacato». Por este motivo, sus decisiones han quedado como simbólicas en la vida institucional del país. «Tenemos el poder ejecutivo, judicial, electoral y moral trabajando todos los días, pero el legislativo no hace nada», agregó Cabello.

El adelanto electoral supondría la disolución definitiva del Parlamento. La propuesta, sin embargo, no es rechazada del todo. Simón Calzadilla, representante del Movimiento Progresista, miembro de la MUD y uno de los negociadores en República Dominicana, afirma que con más tiempo se podrían lograr mejores condiciones y entonces sí participar. «En 2016 y 2017 dijimos como Unidad que si la salida a la crisis pasaba por renovar la Asamblea Nacional con unas presidenciales, estábamos dispuestos a hacerlo, pero con unas garantías mínimas y no antes del 30 de junio», aseguró. Calzadilla afirma que el asunto fue discutido en Santo Domingo, aunque no se concretó como acuerdo. Por su parte, Juan Carlos Caldera, del partido Primero Justicia y representante de la MUD ante el Consejo Electoral, explica que el tema no es la fecha sino las condiciones. «Si nada cambia, sólo alargan la agonía». En cualquier caso, desde la oposición esperan primero que tal anuncio se concrete. Hatsa entonces, lo toman como reflejo de conflictos internos del chavismo, ahora con dos partidos políticos –el oficial PSUV y el nuevo Somos Venezuela– manejados por distintas facciones de la alianza gobernante. «Creo que la intención de Diosdado es complicarle la situación a Maduro, pues le han venido dejando de lado en muchos asuntos», confirmó Calzadilla. Desde la MUD, Oropeza suscribió esa tesis y, en todo caso, afirmó que la alianza opositora esperará a que el asunto se materialice y sea formalizado «por alguien serio» antes de responder.

División interna

Maduro, que en 2013 obtuvo un ajustado triunfo frente al opositor Henrique Capriles --entonces candidato unitario de la MUD--, encara ahora sin rivales la cita de abril, en la que aspira a obtener un nuevo mandato de cinco años ante las suspicacias de gran parte de la comunidad internacional.

Durante una comparecencia en enero ante la Asamblea Nacional Constituyente, un órgano legislativo que solo reconoce el chavismo, el presidente ya advirtió de que habría elecciones pasara lo que pasara, después de avisar de que la oposición estaba "tramando"un plan para retirarse.

La MUD, que unida logró hacerse con el control de la Asamblea Nacional a finales de 2015, ha sufrido en estos últimos meses todo tipo de discusiones internas por la diferencia de opiniones entre los distintos partidos en relación a la forma de actuar frente al Gobierno y, en concreto, por las discusiones sobre la participación electoral.

Los comicios regionales celebrados en octubre ya abrieron un cisma en el bloque opositor, que corre el riesgo de quedarse sin el control de ningún órgano si, como propuso el martes el 'número dos' del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, también se adelantan las elecciones parlamentarias.

europa press