La ira de la antipolítica estalla en Italia

Un parado indignado tirotea en Roma a dos policías y una embarazada tras confesar que «quería matar a los políticos»

Ayer debería haber sido un día optimista para los italianos, pues tras más de dos meses sin Gobierno y de descrédito hacia sus políticos, Italia celebró la ceremonia de investidura del nuevo Ejecutivo formado por miembros del Partido Democrático (PD, centro izquierda), el Pueblo de la Libertad (PdL, centro derecha) y Elección Cívica, de Mario Monti. Se espera que el Gobierno de coalición, liderado por el reciente primer ministro italiano, Enrico Letta, ponga fin al bloqueo político y la incertidumbre que reina en Italia desde febrero. Pero la jornada se ensombreció debido a un tiroteo en el que tres personas resultaron heridas. Dos policías italianos y una embarazada fueron disparados por un hombre «desempleado y desesperado» frente a la sede de la oficina del primer ministro (Palacio Chigi) a menos de un kilómetro de donde Letta juraba su cargo, en Roma. Normalmente, este acto suele celebrarse en dicho edificio y no en el palacio del Quirinal, donde tuvo lugar la ceremonia de ayer. La Policía todavía no ha dejado claro si el tiroteo estaba ligado al lanzamiento del nuevo Gobierno en un momento de profundas divisiones políticas y tensiones sociales que se han exarcebado por la larga recesión de la tercera economía de la eurozona. El recién instalado ministro del Interior Angelino Alfano, indicó que el ataque parecía ser un «acto aislado» que no sugería una mayor amenaza para la seguridad. Sin embargo, hubo llamadas de urgencia a los políticos italianos para calmar lo ánimos tan volátiles de la opinión pública. «Todas las fuerzas políticas deben trabajar conjuntamente para rebajar el nivel de tensión que el clima económico, social e institucional ya ha provocado», dijo el parlamentario de centro izquierda Emanuele Fiano.

El hombre que perpetró el tiroteo «tenía como objetivo a los políticos, no era un loco», indicó a la agencia ANSA el fiscal de Roma, Pierfilippo Laviani. «Era un hombre cargado de problemas que ha perdido el trabajo, había perdido todo, tuvo que regresar con su familia. Estaba desesperado», agregó. Sus allegados, que han pedido perdón a las víctimas y están «consternados», aseguraron que Luigi Preiti, de 49 años, había recorrido todo el país en busca de trabajo.

«Quería disparar a los políticos, pero, como no podía alcanzarlos, ha disparado contra los carabineros», aseguró el fiscal tras escuchar a Preiti, de 49 años, oriundo de la región sureña de Calabria. Preiti había comprado el arma en el mercado negro hacía cuatro años. Laviani explicó que «ha confesado todo. No parece una persona desequilibrada», insistió. Según informa Efe, al cierre de esta edición, Prieti continuaba ingresado en el hospital de San Giovanni, pues resultó herido al ser reducido por los agentes.

Al parecer, Preiti se situó delante de la sede del Gobierno, y sin mediar palabra disparó cinco veces contra los policías y la mujer que pasaba en ese momento. Después gritó: «Disparádme, disparádme», tras lo que intentó huir, aunque fue detenido por las fuerzas del orden. Según informa la agencia Reuters, tras las negociaciones entre la izquierda y la derecha italiana, parlamentarios del PD han sido objeto de abusos en las calles y Beppe Grillo, el líder del partido antisistema, el Movimiento 5 Estrellas, mete a diario el dedo en la llaga con comentarios en su blog sobre lo que el ve como «una alianza indecente para preservar el poder y los privilegios del status quo».

De hecho, una de las primeras reacciones oficiales fue la del alcalde de Roma, Gianni Alemanno, quien descartó que el sospechoso forme parte de una red terrorista y reconoció, no obstante, que el actual ambiente que se respira en la política italiana podría haber contribuido. «No ha sido un acto terrorista, pero está claro que el clima de los últimos meses no ha ayudado en absoluto», declaró Alemanno. Preguntado por si hablaba de Grillo, respondió: «No me refiero a nadie».

La peligrosa agitación social

Poco después de que se produjera el atentado en el Parlamento, el líder del Movimiento Cinco Estrellas, Beppe Grillo, se apresuró a condenar la violencia en cualquiera de sus formas. Sin embargo, fueron muchas las voces que ayer apuntaron a la agitación social permanente de grupos antisistema que caldean el ambiente y predisponen a los ciudadanos contra la clase política. Miembros del partido de Berlusconi señalaron como responsables últimos del ataque a quienes «siembran odio» en la sociedad italiana cada día.

Luigi Preiti, sin trabajo y desesperado

El rostro de la desesperación era ayer el de Luigi Preiti, el albañil en paro de 49 años que se lio a tiros frente al Palacio Chigi, poco antes de que se celebrara allí el primer consejo de ministros del Ejecutivo liderado por Enrico Letta. Con el pelo corto, la expresión dura y vestido elegantemente, quería llevarse por delante a cuantos políticos pudiera, pero tuvo que conformarse con herir a dos carabinieri y a una mujer embarazada. Era su forma de expresar la rabia por su vida, echada a perder cuando hace unos años perdió el trabajo y, con él, también a su esposa y a su hijo de diez años, quienes ya no vivían con él. Su situación económica se había deteriorado tanto que se había visto obligado a volver a vivir con su madre, ya jubilada, en su Rosarno natal, una pequeña localidad de la región de Calabria. En Rosarno sus vecinos decían ayer de él que era «un buen tipo» y un «gran trabajador», pero que el parón inmobiliario que ha llevado de la mano la crisis lo había dejado en una situación angustiosa. Sólo era capaz de encontrar pequeños trabajos que apenas le permitían salir adelante. En los dos años que ha pasado en casa de su madre, Preiti volcó primero su desesperación en el juego. Máquinas tragaperras, billar y el póker son su atajo para intentar obtener dinero fácil, pero como en la mayor parte de los casos, sólo le sirven para empobrecerle aún más.