Política

Tailandia

Las lágrimas de la princesa Ubolratana

La princesa de Tailandia pide disculpas tras ser rechazada su candidatura a las elecciones

La princesa Ubolratana / Ap
La princesa Ubolratana / Aplarazon

La princesa Ubolratana de Tailandia vive quizá los peores momentos de su vida. El cargo de conciencia por las consecuencias de su súbita decisión de presentarse a las elecciones de su país es grande. Ha pedido disculpas después de que el pasado viernes anunciara su candidatura a las próximas elecciones -las primeras desde el golpe de estado de 2014-, y que fuera rechazada por su hermano, el monarca Maha Vajiralongkorn, e invalidadada inmediatamente por la comisión electoral.

Este organismo basó su veto en que su candidatura era “inapropiada” e inconstitucional, porque los miembros de familia real deben estar por encima de la política. La monarquía debe ser neutral y no puede tener ningún cargo político, añadía la nota de la comisión. “Lamento que mi sincera intención de ayudar a trabajar para el país y para nuestro pueblo haya causado problemas que no deberían haber ocurrido en esta época”, dijo anoche la princesa en su cuenta de Instagram horas después de reaparecer en público en un acto benéfico para una campaña antidrogas con la que colabora la Casa Real.

A las primeras consecuencias a las que hacía referencia la princesa Ubolratana son las que sufrirán quienes le dieron la oportunidad de lanzarse a la carrera política. Estos son los dirigentes del Thai Raksa Chart, partido vinculado al ex primer ministro Thaksin Shinawatra, enemistado con sectores monárquicos que controlan el Ejército y la burocracia del país, y que vive exiliado tras ser condenado en rebeldía por corrupción, informa Efe. Este movimiento político ha ganado todas las elecciones en el país desde 2001 gracias al apoyo que sus políticas sociales le han granjeado entre la población rural, pero sus cinco primeros ministros han sido depuestos en golpes de Estado -entre ellos Thaksin- o controvertidas decisiones judiciales.

El partido se enfrenta ahora a su más que probable disolución y sus líderes a penas que pueden llegar hasta diez años de destierro de la política. Ella por su parte, después de la polémica, ha sido apoyada por miles de tailandeses en las redes sociales para que, al menos, ayude a su pueblo como miembro activo de la familia real. Pero la princesa ha renunciado: “No quiero ocupar ese lugar nunca más. Renuncié hace ya mucho tiempo”, declaró en un comunicado con el hagstag “#howcomeitsthewayitis”. Ubolratana había perdido sus títulos reales en 1972 al casarse con un ciudadano estadounidense.