Tragedia en el mar
Al menos 60 muertos al naufragar un barco de migrantes cerca de las costas de Calabria (Italia)
Entre los muertos hay varios niños que iban en el barco que naufragó con cerca de 200 migrantes cerca de la costa de la región italiana
El Mediterráneo volvió a convertirse este domingo en una tumba. Más de medio centenar de personas murieron ahogadas después de que la precaria embarcación de madera en la que viajaban naufragara frente a la costa de la región de Calabria, en el sur de Italia. De las 80 personas rescatadas con vida, 21 fueron trasladadas a un hospital. Al cierre de esta edición, los guardacostas italianos habían recuperado del mar 60 cadáveres, entre ellos, el de varios niños. Las autoridades italianas detuvieron a un hombre de origen turco sospechoso de ser uno de los traficantes al mando de la embarcación.
Los cuerpos sin vida de algunas de las víctimas fueron localizados en una playa de la localidad de Cutro, en la provincia de Crotone, mientras otro grupo de personas logró alcanzar la costa. Los servicios de rescate estiman que a bordo del barco viajaban alrededor de 180 migrantes, la mayoría procedentes de Afganistán, Irak, Pakistán o Somalia, aunque según el testimonio de algunos supervivientes, el número de ocupantes podría alcanzar las 250 personas, por lo que las autoridades italianas temen que la cifra de muertos supere el centenar.
La embarcación había partido cuatro días antes desde el puerto de Esmira, en Turquía, pero a unos 150 metros de la orilla chocó contra unas rocas y se partió en dos. La noche anterior, un avión de la agencia europea Frontex avistó la embarcación y avisó a los guardacostas italianos, pero las pésimas condiciones del mar obligaron al equipo de rescate a dar media vuelta.
«Cuando llegamos al punto del naufragio vimos cadáveres que flotaban por todas partes y conseguimos rescatar a dos hombres que sujetaban a un niño. Por desgracia, el pequeño estaba muerto. Tenía 7 años», contó Laura De Paoli, médico que participó en la operación de rescate junto a los guardacostas italianos.
La tragedia llega apenas unos días después de que el Parlamento italiano diera luz verde a un polémico decreto ley que dificulta la labor de las ONG que salvan migrantes en el Mediterráneo, al obligar a los barcos humanitarios a efectuar un sólo rescate por salida al mar y desembarcar en puertos alejados del punto de rescate. Una normativa que, según la oposición, aumenta el riesgo de muertes en el Mediterráneo central.
“El gobierno italiano está comprometido a impedir las salidas y este tipo de tragedias y seguirá haciéndolo al exigir antes de todo la mayor colaboración de los Estados de salida y de origen”, aseguró la primera ministra Giorgia Meloni. Por su parte, el presidente de la República, Sergio Mattarella, precisó que la mayoría de las víctimas del naufragio “huían de condiciones muy difíciles” y exigió mayor colaboración a la Unión Europea.
Un llamamiento al que respondió la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien urgió a avanzar en la reforma del derecho de asilo en la UE y a “redoblar los esfuerzos” de todos los Estados miembros, algunos de los cuales se oponen firmemente al pacto migratorio, entre ellos, la Hungría de Viktor Orbán, uno de los principales aliados de Meloni en Europa.
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