Guerra en Gaza
A pesar de los avances en Gaza, Israel está lejos de derrotar a Hamás y los dilemas morales continúan
Se especula que el grupo palestino ha mudado sus centros de operaciones a diversos lugares de la Franja de Gaza
En otras guerras entre Israel y Hamás se habló mucho de la necesidad de atacar el cuartel general de los islamistas. En 2009 la inteligencia israelí señalaba a un complejo de bases militares en el suroeste de la Ciudad de Gaza. En aquella guerra, que Israel llamó «Operación Plomo Fundido», una pequeña fuerza blindada militar incluso llegó a las inmediaciones del lugar. Pero no era una guerra como esta, con el objetivo declarado de eliminar a Hamás de la faz de la tierra.
Desde entonces, se especula que Hamás ha mudado sus centros de operaciones a diversos lugares de la franja hasta haber completado el plan de construcción de túneles en el anverso del enclave.
La cobertura mediática tan polarizada de la guerra hace muy difícil tener una imagen completa de los combates en el norte de Gaza, pero sí parece claro que las tres divisiones del Ejército israelí están causando una enorme destrucción y logrando varios de sus objetivos.
Hamás no se rinde, aún
Sin embargo, los analistas militares –y también voces del Ejército y del Ejecutivo– dicen con diferentes palabras que aún están lejos de derrotar a Hamás. El líder de la organización en Gaza, Yahya Sinwar, quien se debe encontrar en algún espacio subterráneo seguro no parece tener intención de ordenar que sus hombres depongan las armas.
Desde que comenzó el conflicto entre los islamistas de Hamás e Israel hace 16 años los israelíes han acusado a los primeros de explotar a su propia población civil de diferentes maneras, como escudos humanos, usando las ayudas internacionales para su propio beneficio, manando a los más débiles a morir matando con un cinturón de explosivos, entre otras cosas. En esta ocasión, tras el horripilante ataque del 7 de octubre de Hamás contra civiles israelíes, y tras tres semanas de demorar la entrada militar terrestre a Gaza, los israelíes han estado sentando las bases para justificar un ataque contra el centro médico Al-Shifa.
Con informaciones diarias de pruebas de la actividad terrorista que suceden dentro, debajo y alrededor del centro hospitalario.
Hospital, campo de refugiados y centro de mando terrorista
El hospital más grande e importante de Gaza, Al-Shifa, se ha convertido en un campo de refugiados en rápido crecimiento para gazatíes desesperados, niños, adultos, adolescentes y ancianos, como informó Reuters la semana pasada, además de una herramienta de Hamás, como gigantesco escudo humano, según alega Israel y niega Hamás.
«Es un desafío imposible, yo no sé cómo se puede salir elegantemente de este lío, acabar con los terroristas sin herir y matar a inocentes», dice Shmulik C. a este diario, un soldado en la reserva que se lesionó en los entrenamientos y por eso no se encuentra dentro de Gaza en estos momentos. «Pero sé que lo están intentando. Para nosotros es mucho más fácil entrar y matar a todo el mundo, y no es eso lo que estamos haciendo, por eso también estamos teniendo tantas bajas».
Los más de cincuenta soldados israelíes muertos hasta ahora en la incursión terrestre representan una cifra relativamente alta para un país tan pequeño. Sumados a los más de 300 que murieron el 7 de octubre.
En estos días Ejército israelí también anunció que Hamás está utilizando el suministro eléctrico del hospital para sus propósitos bélicos e hicieron públicas grabaciones de interrogatorios a terroristas capturados en Israel, en las que los detenidos describen cómo los comandantes de la organización se esconden en hospitales y trasladan a personas y equipos en ambulancias. También se grabó una conversación con un funcionario del sistema sanitario de Gaza que admitía que Hamás mantiene más de 500.000 litros de combustible debajo del hospital y que cientos de terroristas que participaron en la masacre del 7 de octubre y regresaron a esconderse en el hospital.
«Pero no importa cuánto se esfuerce el ejército israelí por tratar de ganarse a la opinión pública del mundo y justificar sus actos, este tipo de información o propaganda solo funciona con quien ya está convencido, para los 200.000 que marcharon en Washington, por ejemplo», dijo Jerome Bourdon, profesor del Departamento de Comunicaciones de la Universidad de Tel Aviv e investigador asociado del Centro de Sociología de la Innovación de París, refiriéndose a una marcha en la capital de Estados Unidos en apoyo a Israel hace pocos días. «Los medios internacionales están bastante alineados con los palestinos, por la terrible destrucción y muerte que está teniendo lugar en Gaza, eso es lo que ocupa el espacio por pura lógica informativa», explicó.
El dilema moral sigue
Al-Shifa es propiedad del Ministerio de Sanidad palestino y está operado por él. Fue construido durante el período del Mandato Británico. Cuando Egipto conquistó la Franja de Gaza en 1948, el hospital se convirtió en el principal centro médico de Gaza. Desde que Israel tomó el control de Gaza en 1967, Al-Shifa ha experimentado mejoras. A mediados de la década de 1980, Israel gastó millones de shékels en la renovación del centro bajo la supervisión del organismo israelí Coordinador de la Actividad Gubernamental en los Territorios (COGAT, por sus siglas en inglés). El objetivo era mejorar las condiciones de vida en Gaza.
El ataque israelí a Al-Shifa también ha agitado a la comunidad médica de Israel. Tras una carta firmada por más de 90 médicos, titulada «Médicos por los derechos de los soldados de las FDI», ésta pide «destruir los hospitales que sirven de cobertura a los terroristas», la organización Médicos por los Derechos Humanos respondió con otra carta firmada por 350 médicos y profesionales de la salud, condenándola. También criticaban como irreal y nada humanitaria la propuesta de evacuación de enfermos de ese hospital, ya que no tienen ningún otro a donde ir.
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