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La Razón
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- Más de cuatro millones de empleados públicos de EE UU se han visto afectados por el robo. ¿Demuestra esto la debilidad de Washington en ciberseguridad?

–En internet, nunca puedes estar completamente seguro, incluso con el presupuesto millonario de Estados Unidos. Hablamos de gente que tiene un gran equipo, que ha logrado burlar todos los controles de seguridad y acceder a cada dependencia del Gobierno. Por lo que es difícil pensar que viene de personas individuales. Si se confirma que China robó estos datos, no lo hace tanto por lo que puedan representarle en cuanto a información o estrategia internacional; en primer lugar porque no lo ha hecho a individuos concretos, ni a altos cargos de la Administración. En este contexto los ciberataques son por demostrar el prestigio de atacar con éxito a EE UU. Quieren demostrar que son capaces de entrar en el sistema cuando quieren.

- ¿Qué hace diferente a este ciberataque? ¿Por qué los filtros no funcionaron?

–Debido al gran número de datos robados, la tesis es que el ataque pudo durar varios días. Los programas que tienen todas las dependencias del Gobierno tienen filtros que, primero, tienen que saber lo que buscan para posteriormente bloquearlos; el problema es que este ataque fue uno de los más sofisticados, no entraba en ninguno de los parámetros de bloqueo. Parece que los iban cambiado cada hora y cada día, por lo que fue imposible para Estados Unidos detenerlos.

- ¿Qué pueden hacer con el tipo de información que fue sustraída?

–Lo más común es que se cometan delitos económicos. Cuentan con los números de la Seguridad Social, con los que se tiene acceso a historiales médicos, números de cuentas bancarias... Todo depende del grado de responsabilidad de las personas espiadas.

- El ataque se conoce en medio del debate sobre los poderes de la Agencia de Seguridad Nacional. ¿Cree que se producirá un cambio al respecto?

–El ataque fue en diciembre de 2014; las agencias de inteligencia lo sabían desde abril de este año. Es un suceso muy polémico que podría truncar las expectativas de quienes quieren seguir reformando las competencias de las agencias de seguridad en Estados Unidos. Desde las revelaciones de Snowden, el Gobierno de EE UU tiene dos frentes abiertos: uno es protegerse internamente y el otro, defenderse de las amenazas extranjeras. Por lo tanto se enfrenta a una reestructuración de su organización muy ardua y que llevará su tiempo.

*Investigador del Truman National Security de Estados Unidos. Preguntas de Taylin Aroche