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Kremlin

Putin promete a los rusos «una victoria» en Ucrania

Representantes de Francia, Hungría o Eslovaquia acuden a la investidura del presidente ruso a pesar de la guerra

En Resumen

Vladimir Putin ha jurado este martes su quinto mandato como presidente de Rusia en una pomposa ceremonia de toma de posesión, ignorada por Occidente. Con todos los líderes notables de la oposición muertos, exiliados o encarcelados, se centró en el culto a la personalidad. Se presentó como líder político único capaz de hacer avanzar a Rusia en el período turbulento marcado por la guerra en Ucrania y la reorientación política hacia Asia.

«Ustedes, ciudadanos de Rusia, han confirmado que el rumbo del país es correcto», dijo durante un discurso en el Gran Palacio del Kremlin. «Miramos con confianza hacia adelante» y «juntos venceremos», subrayó también, refiriéndose a la invasión a gran escala de Ucrania que el país lanzó hace más de dos años, mientras sus palabras fueron aplaudidas por las elites políticas leales presentes.

Putin aseguró que Rusia no se niega a un «diálogo» con las potencias occidentales, pero dijo que «depende de ellas». Moscú ordenó el lunes ejercicios nucleares en respuesta a lo que calificó como «declaraciones amenazantes» de dirigentes occidentales sobre un posible envío de tropas a Ucrania. «Somos una nación grande y unida, y juntos superaremos todos los obstáculos», concluyó.

En las elecciones de marzo, sin candidaturas disidentes, el mandatario, en poder desde hace casi un cuarto de siglo, obtuvo una victoria contundente. Las elecciones no fueron «ni libres ni justas», denunció el Parlamento Europeo en abril, calificando sus resultados de «ilegítimos». Si el exagente de la KGB, de 71 años, finaliza su mandato en 2030, habrá permanecido en el poder durante 30 años. Se convertirá en el líder del Kremlin con más años en poder desde Joseph Stalin, el líder político histórico más querido en Rusia. También se le permite legalmente presentar su candidatura para otro mandato de seis años en 2030.

«Con cada mandato todo empeora. Y da miedo imaginar qué más sucederá mientras Putin permanezca en el poder», dijo en un vídeo Yulia Navalnaya, viuda del opositor Alexei Navalni, que murió en una prisión siberiana en circunstancias sospechosas después de sobrevivir a un envenenamiento en 2020. Con Putin «al mando, nuestro país no tendrá ni paz, ni desarrollo, ni libertad» afirmó mientras acusó al exespía desde el exilio de ser «mentiroso, ladrón y asesino». Subrayó que su gobierno ha traído «guerra, asesinatos políticos, empobrecimiento de los rusos». Recordó que el cuarto mandato de Putin estuvo marcado no sólo por el comienzo de la invasión de Ucrania sino también por el aislamiento de Rusia.

En la ceremonia no hubo representación de EE UU, pero sí de algunos países de la UE a pesar de que el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, aconsejó a todos los países miembros que evitaran acudir al evento. Sí que acudieron diplomáticos de Francia, Hungría, Eslovaquia, Grecia, Chipre y Malta. El portavoz de la UE, Peter Stano, sugirió que les correspondía a cada Estado miembro dar explicaciones. Putin se encuentra en una posición aparentemente más fuerte ahora que sus tropas han logrado avanzar cerca de Avdiivka en el este de Ucrania, después de que largas demoras en la asistencia militar de Occidente debilitaran a las fuerzas ucranianas. Sus fracasos militares de 2022 también se vuelven más distantes y la posibilidad de una victoria sobre el terreno se vuelve cada vez más creible. Un escenario que Europa quiere evitar.

Aunque la ceremonia, que precedió dos días a la celebración de la derrota de la Alemania nazi por parte de la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial, buscó recoger la imagen de unidad, el recuerdo del abortado motín del líder de los mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, el año pasado también es fuerte. Sugiere que los fundamentos del gobierno de Putin podrían no ser tan sólidos como él quisiera. Aunque la economía rusa ha demostrado adaptarse en el corto plazo, la inflación persiste, impulsada sobre todo por el peso del gasto militar en el presupuesto. El poder adquisitivo de la población rusa, ya afectado por las sanciones occidentales, disminuye sensiblemente.

Además, Putin intenta virar toda su economía, muy dependiente de los ingresos de los hidrocarburos, hacia el mercado asiático, pero para ello hacen falta infraestructuras pesadas de larga y costosa construcción. Hace varios días, el gigante ruso exportador de gas Gazprom registró pérdidas, mucho peores de lo esperado, por primera vez en 20 años, después de que se desplomaran las exportaciones de gas a la UE en este primer semestre del año.

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