
Ojiva nuclear
Reino Unido incrementa su poder de disuasión militar construyendo una nueva ojiva nuclear
En plena escalada armamentística, el Reino Unido ha puesto en marcha el desarrollo de una nueva ojiva nuclear para modernizar su arsenal, un ambicioso proyecto en paralelo al de Estados Unidos que estará listo en la próxima década

El fantasma de las armas nucleares vuelve a sobrevolar el Reino Unido, esta vez con el beneplácito de sus dos principales actores. La reciente decisión de la Administración Trump de volver a estacionar sus bombas tácticas B61-12 en la base aérea de RAF Lakenheath supone el regreso de este tipo de armamento a suelo británico tras años de ausencia. Se trata de un despliegue de armamento táctico que evidencia el actual clima de rearme estratégico entre las potencias occidentales. Este esfuerzo se enmarca en una tendencia más amplia, como demuestra la reciente actualización de bombarderos icónicos estadounidenses para portar misiles hipersónicos.
En este contexto, Londres ha puesto en marcha su propio y ambicioso plan para modernizar su capacidad de respuesta. Bautizado como Proyecto Astraea, su objetivo es desarrollar una nueva cabeza nuclear que sustituirá a la veterana ojiva Holbrook, la columna vertebral de su disuasión durante décadas. Esta nueva arma irá montada en los misiles Trident II D5 que portan tanto la actual flota de submarinos clase Vanguard como los futuros sumergibles de la clase Dreadnought. Este sistema de misiles, de fabricación estadounidense, es la base de la disuasión británica, mientras Washington avanza en paralelo en el desarrollo de nuevas armas como sus misiles hipersónicos.
De hecho, el programa, gestionado por el organismo gubernamental Atomic Weapons Establishment (AWE), se financia a través de una partida más amplia destinada a garantizar la soberanía nuclear del país. El proyecto forma parte de una inversión de 15.000 millones de libras que, además de su evidente vertiente militar, sostiene cerca de 9.000 empleos en la industria de defensa británica, según informa el medio United24media.
El reto de una nueva ojiva certificada sin explosiones nucleares
En este sentido, el mayor desafío del proyecto no es solo militar, sino también tecnológico y diplomático. La ojiva, con designación técnica A21/Mk7, será la primera desarrollada por el Reino Unido cuya fiabilidad se certificará sin realizar ni una sola prueba nuclear real, en cumplimiento de los tratados internacionales de no proliferación. Para suplir la ausencia de estos ensayos, su diseño se basará en tecnologías de última generación y simulaciones avanzadas.
Asimismo, la seguridad es otro de los pilares del proyecto. La nueva ojiva empleará explosivos de alta insensibilidad, un material diseñado para minimizar al máximo el riesgo de una detonación accidental. Este desarrollo avanza en paralelo al proyecto estadounidense W93, reflejo de la estrecha colaboración entre ambos aliados, con el que compartirá componentes no nucleares como la carcasa exterior Mk7. Se espera que el arma entre en servicio a lo largo de la década de 2030, asegurando la capacidad disuasoria británica hasta bien entrada la mitad del siglo.
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