Guerra en Ucrania
Rusia da un salto cualitativo en su guerra aérea: sus drones son ahora más poderosos y este es el motivo
En las últimas semanas el Kremlin ha intensificado sus ataques aéreos contra Ucrania
Desde el inicio de la invasión rusa en 2022, los drones han desempeñado un papel clave en el conflicto de Ucrania. Sin embargo, en los últimos días su protagonismo ha crecido exponencialmente debido a una nueva oleada de ataques masivos lanzados por Moscú. Durante la madrugada del domingo, Rusia llevó a cabo el mayor ataque registrado hasta la fecha con este tipo de armamento, utilizando aproximadamente 355 drones en una sola operación.
Este repunte de la ofensiva coincide con las negociaciones para una posible segunda ronda de conversaciones entre las delegaciones rusa y ucraniana con el objetivo de alcanzar un alto el fuego. En respuesta, Ucrania confirmó el lunes un ataque nocturno contra una fábrica de producción de drones kamikaze Shahed en la república rusa de Tartaristán.
Shahed-136: el símbolo de la guerra aérea rusa
Rusia ha recurrido sistemáticamente a los drones kamikaze Shahed-136, de fabricación iraní, para atacar tanto objetivos militares como infraestructuras civiles. Estos dispositivos se utilizan en grandes cantidades, en tácticas de enjambre, con la intención de saturar los sistemas de defensa aérea ucranianos. En los últimos meses, estos ataques se han vuelto una firma del ejército ruso, pero los expertos señalan que la tecnología detrás de estos drones ha evolucionado.
Teherán no solo ha suministrado los dispositivos, sino que también habría participado en su mejora técnica. De hecho, según The Guardian, una de las principales novedades de los nuevos modelos es el incremento en su capacidad destructiva. Las últimas versiones del Shahed-136 incorporan ojivas de hasta 90 kilogramos, frente a los 30-50 kg que portaban las versiones anteriores. Este aumento busca maximizar los daños, especialmente contra infraestructuras energéticas ucranianas, uno de los blancos prioritarios del Kremlin, y que en consecuencia habían reforzado su protección.
Ojivas más letales
De acuerdo con medios británicos, las nuevas ojivas se presentan en dos variantes: una producida en Irán y otra fabricada en Rusia. La versión rusa, denominada KOFZBCh, integra efectos acumulativos, de fragmentación, explosivos e incendiarios, diseñados para causar el mayor daño posible tanto a estructuras como a personal militar o civil.
Sin embargo, esta mejora en potencia destructiva también tiene consecuencias en el rendimiento. Según explicó el experto militar Pavlo Narozhny a The Telegraph, el incremento del peso total del dron reduce su autonomía, ya que exige un mayor consumo de combustible. Esto implica que, aunque sean más letales, su alcance operativo es menor, lo que puede limitar su radio de acción dependiendo del punto de lanzamiento.
El Shahed-136, junto con su versión más pequeña, el Shahed-131, ha sido clave para el ejército ruso en su estrategia de desgaste. Ambos modelos se caracterizan por su bajo coste, facilidad de producción y capacidad de causar daños significativos con un solo impacto.