Invasión rusa

Rusia trata de arrastrar a EE UU a la guerra

Moscú denuncia sin pruebas que el Pentágono está detrás del supuesto intento de asesinato de Vladimir Putin

Todo vale en tiempos de guerra y, si el conflicto de no se resuelve en el campo de batalla, cualquier otro escenario es posible. Así podría interpretarse, al menos, el último episodio de la invasión rusa de Ucrania tras los ataques de dos drones sobre el corazón de Moscú. Lejos de cesar, el incidente ha ido en aumento, dando lugar a un extenso cruce de acusaciones en las últimas horas. Calificando las explosiones con los aviones no tripulados de «acto terrorista planeado», el servicio de prensa presidencial ruso denunciaba «un atentado contra la vida» de Vladimir Putin la madrugada del martes al miércoles, sin que el presidente ruso se encontrara en el interior del palacio del Kremlin.

Rusia culpa a Ucrania que, a su vez, acusa a Moscú de perpetrar los ataques, negando rotundamente su autoría. «Ucrania no ataca objetivos en el territorio de la Federación Rusa», aseguró Mykhailo Podolyak, asesor presidencial ucraniano, a través de un comunicado. «Estamos defendiendo nuestros pueblos y ciudades», señaló el presidente de Ucrania Volodimir Zelenski desde Países Bajos durante una inesperada visita este jueves a La Haya, insistiendo en negar su responsabilidad o la de su país en los misteriosos ataques con drones contra el Kremlin. «No atacamos a Putin ni a Moscú. Luchamos en nuestro territorio», recalcó durante una entrevista con una emisora nórdica, justificando que Ucrania no cuenta con armas suficientes para llevar a cabo dichos ataques y que, en cualquier caso, «lidiar con Putin» quedaría en manos de un tribunal internacional.

Desde que diera comienzo la guerra de Ucrania, se han producido diversas intervenciones con aviones no tripulados en territorio ruso, pero ésta se trataría de la primera vez que el Kremlin es blanco directo de ataques en suelo propio. Hecho que supondría, además, una escalada significativa del conflicto con potenciales consecuencias. Por eso, las agencias de inteligencia estadounidenses siguen tratando de averiguar la procedencia de los ataques de los drones contra la sede del poder ejecutivo ruso en Moscú.

El incidente desencadenó una serie de acusaciones que han tensado las ya de por sí difíciles relaciones entre Rusia y Estados Unidos, salpicando también a la comunidad internacional con las diversas teorías sobre la posible autoría. Funcionarios ucranianos advierten de que Rusia podría usar la acusación contra Kyiv de lanzar dones contra el Kremlin con la intención de matar a Putin para lanzar «una provocación terrorista a gran escala». Ucrania cree que el incidente le sirve a Rusia de pretexto para poner en marcha nuevos ataques con incluso mayor agresividad contra Kyiv, tal y como ha sucedido en ocasiones anteriores, como con la destrucción del puente entre Rusia y Crimea en octubre del año pasado.

Falsa bandera

Altos funcionarios estadounidenses también avalan esa teoría, afirmando que las explosiones llevadas a cabo durante la madrugada podría ser una operación de «falsa bandera» impulsada por Rusia, aunque «es demasiado pronto para saberlo», adelantó John Kirby desde la Casa Blanca. Las autoridades de Estados Unidos siguen tratando de esclarecer los detalles, según han dado a conocer dos funcionarios en calidad de anonimato.

«Nosotros no tenemos nada que ver con eso, Peskov miente», recalcó el coordinador de comunicaciones estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional en referencia al portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov. Estados Unidos, que niega estar detrás del supuesto ataque contra el Kremlin, defiende además que ni anima ni da apoyo a Ucrania en actividades militares fuera de sus fronteras.

Las dos explosiones con drones ocurrieron con una diferencia de 15 minutos entre ellas, según muestran las imágenes en vídeo verificadas por medios estadounidenses, como «The New York Times». Ataque que, según Rusia, pudo ser frustrado por «los sistemas de guerra electrónica» rusos aunque, sin embargo, no han mostrado ninguna evidencia que lo ratifique.

La penetración de las defensas aéreas en el centro de la capital rusa representaría un vergonzoso episodio para sus Fuerzas de Seguridad rusas que presumen de ser el segundo ejército del mundo.

Kyiv, como respuesta a la ofensiva, prepara a estas horas a decenas de miles de soldados ucranianos, a la vez que intensifica los ataques contra las fuerzas militares rusas para debilitarlas. Por su parte, el presidente Putin ultima un desfile militar en la emblemática Plaza Roja de Moscú, previsto para el próximo martes, coincidiendo con la festividad más patriótica de Rusia.

Asimismo, ayer sus tropas volvieron este jueves a golpear la capital ucraniana. Más de una decena de fuertes explosiones se escucharon poco después de las 19:00 hora local en el centro de Kyiv, minutos después de que se activaran las alarmas antiaéreas. China pidió ayer que no se utilice este ultimo incidente para una escalada del conflicto.