Bruselas

Un «pensamiento confuso» para negociar el Brexit

El ex embajador ante la UE acusa a May de carecer de estrategia. Anima a los funcionarios «a no tener miedo de decir la verdad a los poderosos»

El ex embajador Ivan Rogers
El ex embajador Ivan Rogerslarazon

El ex embajador ante la UE acusa a May de carecer de estrategia. Anima a los funcionarios «a no tener miedo de decir la verdad a los poderosos»

Ivan Rogers, el hasta el martes embajador británico ante la UE, no es uno de esos hombres que callen sus opiniones. Su despedida ante su equipo tras anunciarse su dimisión el martes evidencia que los funcionarios con criterio propio y sin miedo a expresarlo no son bienvenidos en Downing Street. La cadena pública BBC filtró ayer una misiva de Rogers que supone un crudo diagnóstico de la situación en la que se encuentra el Gabinete de Theresa May, sumido en una caótica lucha en la que el ala dura parece estar ganando la partida.

Rogers no duda en esta carta interna de calificar como «pensamiento confuso» sobre el Brexit las tesis que están guiando el proceso de ruptura de Londres con sus todavía socios europeos. En esta misma misiva, Rogers también sentencia que «no hay que tener miedo de decir la verdad a las personas que ostentan el poder» en lo que parece ser un aviso a navegantes a su sucesor, que debe ser nombrado lo antes posible, antes de que se inicie a finales de marzo la invocación del artículo 50 del Tratado de Lisboa, que marcará el acuerdo de ruptura.

Rogers saltó a la palestra de la opinión pública el pasado mes de diciembre, cuando la BBC, misma cadena encargada de la última filtración, se hizo eco de un informe interno en el que el antiguo embajador reconocía que las negociaciones para ultimar un acuerdo de libre comercio entre Londres y sus antiguos socios podrían dilatarse una década. Las mismas tesis defendidas en los pasillos comunitarios de manera unánime y que al otro lado del Canal son negadas sin descanso. El escándalo coincidió con la última cumbre del año en Bruselas y May abandonó la capital comunitaria sin conceder su habitual rueda de prensa y sin mostrar ningún tipo de apoyo público a su embajador.

Londres ha designado a Sir Tim Barrow, un diplomático de carrera y ex embajador en Rusia y Bélgica, como nuevo embajador ante la Unión Europea, informó Downing Street. «Es un gran honor ser nombrado representante permanente de Reino Unido en la UE en un momento crucial», declaró Barrow, que prometió trabajar duro para «garantizar un buen resultado» en las negociaciones. Un portavoz gubernamental se refirió al nuevo embajador como un «experimentado y duro negociador, con una dilatada experiencia en lograr los objetivos de Reino Unido en Bruselas».

«Londres intentará dividir a los socios europeos», reconocen fuentes diplomáticas que alertan sobre posibles fracturas una vez comenzado el proceso. Por ahora, las divisiones han estallado en el otro bando y el empecinamiento de May en apostar por un Brexit duro ha unido en un mensaje contundente a los restantes socios europeos. Sólo el tiempo dirá si este dique se resquebraja.

A pesar de que en las últimas horas su amplio conocimiento de los pasillos comunitarios ha sido ampliamente alabado por la prensa británica menos euroescéptica, Rogers nunca ha sido una persona fácil. Tampoco para Bruselas. Sus amplios conocimientos llevaron a David Cameron a confiar en él para conseguir un acuerdo lo más ventajoso posible que posibilitara al ex «premier» británico el apoyo a la permanencia en el referéndum y, aunque los tabloides británicos partidarios del Brexit nunca reconocieron esta labor, la Comisión Europea no dudaba ayer en definirle como un oponente correoso. «Lamentamos perder en este proceso una persona que destaca por su profesionalidad y grandes conocimientos», reconoció la portavoz del Ejecutivo europeo, Nastasha Betraud, para después apostillar que sir Ivan «no fue siempre fácil» debido a la «gran lealtad» profesada al Gobierno de su país.

Para Rogers, la lealtad es entendida como la capacidad de cantar las verdades del barquero. El ex embajador ha sido una de las pocas voces al otro lado del Canal que ha alertado de la poca disponibilidad de los Veintisiete a conceder a Londres un acuerdo a la carta que le garantice el acceso al mercado único sin respetar la libre circulación de trabajadores. Romper este dogma le ha costado a Rogers ser vilipendiado por parte de la prensa más euroescéptica y a Londres perder a un diplomático bregado y con amplios conocimientos de los entresijos comunitarios.

«Son comunes las luchas de poder en este tipo de situaciones», reconoce a LA RAZÓN Pieter Cleppe del «think tank» británico con sede en Bruselas Open Europe. Para Cleppe, a pesar de la sorpresa inicial, puede ser positivo que el recambio se produzca lo antes posible y que estas discrepancias no se hayan arrastrado hasta octubre de 2017, cuando estaba previsto el fin del mandato de Rogers. A pesar de que en la capital comunitaria se daba por segura su renovación, posponer esta crisis podría haber conllevado «a cambiar de capitán en medio de la tormenta», asegura Cleppe. Una tormenta que comienza a finales de marzo y para la que Londres parece no tener brújula.