Debate electoral

Von der Leyen tiende la mano a pactos con Meloni, pero excluye a Le Pen

El candidato socialista le pide que no gobierne en su segundo mandato con partidos de extrema derecha, ya que no son democráticos

No han estado presentes, pero no se ha parado de hablar de ellos. Este jueves se ha celebrado el debate entre las principales fuerzas del hemiciclo europeo, organizado por Eurovisión, con la ausencia de los dos candidatos considerados como partidos euroescépticos o de extrema derecha, ya que no han presentado una cabeza de lista para las elecciones de junio.

A pesar de esto, prácticamente todo el debate ha girado sobre los pactos postelectorales y la postura de la candidata del Partido Popular Europeo y actual presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que debe conseguir la luz verde tanto de las capitales europeas como de la Eurocámara para revalidar un segundo mandato al frente del Ejecutivo comunitario.

Aunque la política alemana ha rechazado de manera explícita el acuerdo con las fuerzas políticas que apoyen a Vladimir Putin, sean antieuropeas y no respeten el Estado de derecho y ha mencionado en este grupo al partido de Le Pen en Francia, Alternativa para Alemania y a los conservadores polacos, ha tendido la mano a Hermanos de Italia, la fuerza política de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. A pesar de que, hasta hace relativamente poco tiempo, su partido era demonizado en la capital comunitaria y se le consideraba una fuerza de ultraderecha. Pero las cosas han cambiado.

“He trabajado muy bien con Meloni en el Consejo Europeo, como con otros primeros ministros, es mi tarea. Es pro-europea, ha sido muy clara con Putin y pro Estado de derecho. Le ofrezco trabajar juntas”, ha aclarado von der Leyen, después de que se le acusara de cierta ambigüedad.

Unas palabras que escandalizan a la izquierda europea. Aunque von der Leyen ha reconocido que las ideas de Meloni sobre el colectivo LGTBI o derechos de las mujeres son diferentes a las suyas, también ha asegurado que esto no constituye un impedimento a la hora de conseguir una mayoría parlamentaria con la que intentar gobernar de cara a un segundo mandato tras los comicios europeos del próximo 9 de junio.

“Escuché a Meloni en Madrid haciendo un discurso. No puedo creer que su idea de Europa sea la misma que la tuya”, le ha espetado a la política alemana el candidato socialista Nicolas Schmit y actual comisario de Empleo. Actualmente dos grupos políticos diferentes agrupan a partidos considerados euroescépticos o eurófobos: los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) al que pertenecen Meloni y otras fuerzas políticas como Vox e Identidad y Democracia (ID), donde se encuadran Le Pen en Francia, el partido de Matteo Salvini en Italia y, al menos hasta el momento, Alternativa para Alemania.

En contra del enfoque de von der Leyen, que prefiere analizar el ideario de cada partido y estudiar alianzas caso por caso, para los socialistas europeos es necesario establecer un cordón sanitario con estas dos fuerzas políticas, sin ningún tipo de distinción. “No considero que ID y ERC sean democráticos”, ha asegurado Schmit, quien ha pedido a von der Leyen que no pacte con ellos ya que “no respaldan los valores europeos”. Verdes, izquierda europea y liberales han apoyado estas palabras, si bien el candidato de esta última formación, Sandro Gozi, ha pasado algunos apuros cuando se le ha recordado que su partido en Países Bajos ha llegado a un acuerdo de Gobierno para pactar con la ultraderecha de Geert Wilders, después de que este último haya renunciado a ser primer ministro a cambio de buscar una figura independiente.

Por lo demás, ha sido un debate de guante blanco en el que populares, socialistas, verdes y liberales han demostrado tener muchos más puntos en común que aquellos que les diferencian. Una realidad que no asombra a los seguidores de la burbuja europea que, desde hace décadas, funciona como una gran coalición de centro. La propia von der Leyen ha debido apoyarse en estos grupos para su primer mandato y la mayoría de sus propuesta llevan el sello del resto de los partidos europeos, que no pueden extralimitarse en las críticas de medidas que ellos mismos han acordado.

Como verso suelto, el candidato de la izquierda europea, Walter Baier, que se ha mostrado a favor de negociar con Rusia para terminar la guerra en Ucrania y está en contra del rearme europeo que quiere impulsar von der Leyen de cara a su segundo mandato. En cuanto a la política migratoria, Baier ha arremetido contra el nuevo acuerdo de asilo que blinda las fronteras europeas y ha recordado que él no pudo conocer a sus abuelo que murió en el campo de concentración de Auschwitz ya que el resto de los países europeos también cerraron sus fronteras.

Von der Leyen, la única de los candidatos que se jugaba algo en el debate como aspirante un segundo mandato, ha preferido ir con pies de plomo. Sin grandes sorpresas ni ningún golpe de efecto, consciente de que necesita a un amplio grupo de partidos de ideologías diversas para seguir ocupando la planta noble del edificio Berlaymont en la capital comunitaria. La gran pregunta es si su mano tendida a Meloni le arrebatará el apoyo de socialistas y verdes, en medio de constantes rumores sobre un candidato alternativo que surja en el último momento. Las respuestas llegarán a partir del próximo 9 de junio.