
Salud mental
Ni crucigramas ni sudokus: este es el mejor pasatiempo para frenar el deterioro mental en personas mayores
Aunque los ejercicios de lógica siguen siendo útiles, los expertos coinciden en que es una de las actividades más efectivas para mantener el cerebro ágil en la tercera edad

A partir de los 65 años, es habitual notar ciertos cambios en el funcionamiento mental: la memoria a corto plazo empieza a fallar, cuesta más mantener la atención y el procesamiento de la información se vuelve más lento. Son señales sutiles, pero inevitables. La buena noticia es que no sólo es posible frenar este deterioro, sino incluso revertir parte del desgaste cognitivo. Y todo gracias a una actividad que, más que pasatiempo, se está revelando como una auténtica medicina para el cerebro.
Durante años, los crucigramas, sudokus y otros juegos de lógica han sido los preferidos para mantener la mente en forma. Sin embargo, recientes investigaciones apuntan a que aprender una lengua extranjera es mucho más efectivo cuando se trata de retrasar el envejecimiento mental.
Un gimnasio para el cerebro
Estudios como el publicado por el Journal of Neurolinguistics y trabajos realizados por la Universidad de Chicago coinciden en que el aprendizaje de un idioma en edades avanzadas estimula áreas clave del cerebro vinculadas a la memoria, la atención, la capacidad de adaptación y la toma de decisiones. Es decir, no sólo se ejercitan partes aisladas del pensamiento, sino que se activa un sistema completo que mejora la salud cognitiva general.
Por otro lado, un estudio del Neurological Institute de Montreal demostró que las personas bilingües desarrollan los síntomas del Alzheimer entre cuatro y cinco años más tarde que aquellas que sólo hablan un idioma. La razón es sencilla: al aprender una nueva lengua, se obliga al cerebro a reorganizar y generar nuevas conexiones neuronales, un fenómeno conocido como neuroplasticidad.

¿Demasiado tarde para empezar? En absoluto
Uno de los grandes mitos sobre el aprendizaje de idiomas es que a mayor edad, menor capacidad de aprendizaje. Pero la ciencia lo desmiente. Aunque es cierto que los niños adquieren lenguas con mayor rapidez, los adultos mayores tienen una ventaja muy poderosa: experiencia, paciencia y motivación. Saben por qué lo hacen y no tienen miedo de equivocarse.
De hecho, un artículo de la Universidad de Chicago señala que las personas mayores aprenden mejor cuando no hay presión académica, y pueden establecer su propio ritmo. Dedicar apenas 30 minutos al día a leer, escuchar o practicar un idioma nuevo puede marcar una diferencia significativa.
El aprendizaje de una lengua no sólo activa procesos mentales: abre puertas a nuevas experiencias sociales y culturales. Participar en grupos de conversación, asistir a clases o ver series en versión original permite socializar, compartir y sentirse parte de una comunidad. Y esto, en una etapa de la vida en la que el aislamiento puede aparecer silenciosamente, es tan importante como el beneficio cognitivo.
¿Cómo aprender un idioma a los 65?
Además, aprender una lengua extranjera no requiere de grandes recursos. Aplicaciones como Duolingo, Babbel o Memrise están diseñadas precisamente para usuarios autodidactas, con sesiones breves y prácticas. Para quienes prefieren un enfoque más humano, los centros culturales o las academias locales ofrecen cursos presenciales adaptados al ritmo de aprendizaje de los mayores.
Y para los más aventureros, incluso un pequeño viaje al extranjero puede convertirse en la mejor excusa para soltarse con el idioma. No se trata de dominarlo, sino de usar lo aprendido en situaciones reales: pedir un café, orientarse en una ciudad, entablar una conversación sencilla.
A diferencia de otras actividades mentales, el aprendizaje de idiomas combina múltiples dimensiones: memoria, lógica, escucha activa, pronunciación, comprensión, e incluso emoción. No es un entretenimiento pasivo, sino un reto continuo, una inversión directa en salud mental.
Por eso, mientras los crucigramas y sudokus siguen siendo ejercicios válidos, el verdadero oro para el cerebro a partir de los 65 está en aprender una lengua nueva. Porque nunca es tarde para descubrir nuevas palabras… ni para darles al cerebro una razón para seguir brillando.
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