Damasco

La ONU acusa al régimen y a los rebeldes de «crímenes atroces»

La Razón
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Mientras las diplomacias estadounidense y rusa buscan una alternativa para evitar la intervención extranjera en Siria con un acuerdo con el que se espera que Damasco ponga a recaudo de Naciones Unidas su arsenal químico, un informe de Naciones Unidas alerta de la radicalización de la oposición, así como del avance en el terreno militar de las tropas de Bachar al Asad.

El informe, publicado ayer por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, enfatiza que en los últimos meses del conflicto el Ejército sirio ha recuperado el control en «las grandes ciudades y los centros económicos importantes», a excepción de Alepo, que se encuentra dividida entre el régimen y las fuerzas yihadistas. Tras la batalla de Al Qusayr, el régimen ha retomado prácticamente el control de la ciudad de Homs y las áreas rurales de Damasco, dos de las principales áreas en disputa.

El documento confirma el avance de los combatientes yihadistas extranjeros, una de las mayores preocupaciones de la comunidad internacional, que ha provocado la indecisión de EE UU a la hora de armar a los rebeldes, y le ha llevado a considerar el peligro de que una operación militar liderada por Washington pueda beneficiar a los grupos radicales islamistas en Siria. Según la ONU, el número de combatientes islamistas extranjeros, con una fuerte disciplina y bien entrenados, ha ido en aumento. Grupos como el Frente al Nusra, Ahrar el Sham o el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL) «han conseguido crear sus propios bastiones al norte de Siria», alerta el informe. El hecho de que los radicales islamistas puedan tomar ventaja a raíz de una operación militar internacional en Siria ha alarmado a analistas y expertos regionales. «Hemos visto siempre que los grupos yihadistas hacen alarde de su odio a Occidente, pero no se han pronunciado sobre el posible ataque de EE UU en Siria», comenta a LA RAZÓN Bassam Lahoud. Según el analista libanés, esta reacción se debe a que los radicales confían en que «los bombardeos estadounidenses debilitarían al régimen y ellos aprovecharían la ventaja para hacerse aún más fuertes dentro de Siria». Otro de los asuntos importantes que trata el informe son los crímenes extrajudiciales y las desapariciones provocadas tanto por las fuerzas gubernamentales como por los grupos extremistas. Según la comisión investigadora, el régimen ha cometido al menos ocho masacres, mientras que los rebeldes han llevado a cabo una. No obstante, la ONU denuncia que ambas partes han perpretado «atroces crímenes de guerra» durante los dos años y medio de conflicto, en el que han muerto más de 100.000 personas.

700.000 detenidos

«Las fuerzas sirias han masacrado civiles, bombardeado hospitales y otros crímenes en territorios en manos de la oposición», condena el documento, que añade que también los grupos armados de la oposición, entre ellos combatientes extranjeros islámicos, «han perpetrado crímenes de guerra, incluyendo ejecuciones, toma de rehenes y el bombardeo de barrios civiles». Ayer mismo, combatientes de Al Nusra mataron a doce civiles alauíes cerca de Homs. En declaraciones a LA RAZÓN, Wassim Zabad, un opositor denuncia que el número de activistas o rebeldes detenidos que han entrado a las cárceles de Asad supera los 700.000. En cuanto al número de ejecuciones extrajudiciales, se desconoce, pero Zabad calcula que unos «3.200 opositores han sido asesinados por las torturas en las cárceles del régimen sirio, entre ellos 91 niños y cerca de 250 mujeres».