La columna de Carla de la Lá

La agresividad pasiva en el amor y las relaciones

La agresividad pasiva es más peligrosa, incluso, que la colérica porque es silenciosa, disimulada y “cobardica” y porque las formas siempre están contenidas.

La guerra de los Rose
La guerra de los Roselarazon

Yo tenía un tío muy gordo, cuyo único placer y vía de evasión en esta vida era el comer. Le llamaremos Eustaquio.

Un buen día, el médico, como es su obligación, le puso un hasta aquí y le pautó nuevos hábitos alimenticios donde las cantidades eran otras al igual que los alimentos.

Pues bien, su mujer (el pasivo agresivo de esta historia), que odiaba a Eustaquio, algo habitual en cualquier pareja que lleva unos años conviviendo, se erigió en su cocinera-carcelera, dispuesta a dar la vida, y sacrificar todo su tiempo, día y noche, en pos de que su esposo no incumpliera la dieta. Todo esto, experimentando un placer extremo al privar al bueno de Eustaquio de sus antiguos placeres “por amor”.

Yo sé lo que es la agresividad pasiva, en la pareja y fuera, puesto que he sufrido e inflingido esa hostilidad latente en algunas desafortunadas ocasiones. Usted también, querido lector y si no la identifica ahora mismo, voy a explicarle qué es con ayuda de mis psiquiatras favoritos.

Pero antes, una aclaración.

Tanto o más importante que disfrutar en la cama con nuestra pareja es disfrutar de su grata compañía. Por eso, amigos, si desean amar sinceramente, aprendan antes a poner límites. Tengan el valor de manifestar su opinión, no se callen por miedo al conflicto y defiendan lo que es importante para ustedes.

De lo contrario, a corto plazo, no sólo no simpatizarán con su media naranja, sino que la odiarán y lo harán desde la agresividad pasiva. Lo peor. Ahora verán.

Según mi ex marido, como saben, gran psiquiatra, dada la condición miserable y débil de cualquier representante del género humano, el destino de la convivencia entre dos seres que inicialmente se sentían atraídos en uno por el otro es el aborrecimiento; el detestar al de al lado, vamos:

_Pero, la agresividad pasiva en pareja se da en los que tienen problemas de asertividad ¿no? _ le pregunto.

_Sí, y en los alexitímicos, o incapaces de expresar e identificar sus emociones. La agresividad pasiva, no siempre es consciente….

Dice que el único destino lógico y sano en una pareja de larga convivencia es el desprecio.

_Todo el mundo le tiene manía a su pareja, digan lo que digan_dice (y mientras lo dice se muere de la risa)

_Todo el mundo no… también existe el amor…

_No es incompatible.

Entonces califica todo lo que no se parece a eso, es decir, las muestras de afecto de los que llevan mil años, de sublimaciones histéricas, formaciones reactivas…etc…

Y de ahí, lógicamente a la agresividad pasiva.

_Dime Carla, ¿Quién dirías tú, que es el ejemplo más grosero de pareja pasivo agresiva? _ me pregunta.

_No lo sé, la verdad…

_Pues hija, los fanáticos buenistas, esos que sonríen, son dulces y amorosos todo el rato y lo tienen que perdonar todo, no expresar nunca la ira, ni el desagrado natural y sano hacia la pareja, ni la tirria y claro …

Pero, ¿qué es la agresividad pasiva, le pregunto a mi hermano mayor, también psiquiatra?

Es dañar a otro de forma consciente o preconsciente previniendo que el otro pueda ejercer una respuesta.

_Te hago daño disfrazado de cariño y aprecio o “por tu bien” para que encima no te puedas defender.

_ ¿Se da en gente poco asertiva no?

_O muy psicopática y retorcida_ responde.

La agresividad pasiva es más peligrosa, incluso, que la colérica porque es silenciosa, disimulada y “cobardica” y porque las formas siempre están contenidas.

El individuo pasivo agresivo, siente enfado constantemente pero no se atreve a expresarlo. Al pasivo-agresivo no siempre se le ve venir y no es sencillo traducir sus actitudes porque aparentemente son inofensivas, aunque tengan la intención de molestar, manipular o herir.

Veamos algunos ejemplos ¿identifican alguno?

_No expresan sus sentimientos: con ellos la comunicación profunda es muy difícil. Si algo les molesta, no te lo van a decir. Y por eso, acumulan resquemores que no declaran, lo que se traduce en un profundo resentimiento que les hace castigar pasivamente a su pareja del modo más sutil.

_Malas caras: aquellos que temen la comunicación directa, intentan mostrar su disgusto poniendo caras, gestos leves o extrañas muecas, para manifestar claramente (ya hablaremos del poder de la comunicación no verbal) su desaprobación e incomodar.

_Ironía, sarcasmos e indirectas: ellos están de broma, ¿te lo vas a tomar a mal? Lo cierto es que no nos divertimos ni nos podemos reír porque nos produce malestar. Y esa era la intención.

_Sabotaje: una persona pasivo agresiva, no se opondrá directamente a nada, pero hará todo lo posible para provocar su fracaso, mostrando amargura, irritabilidad e incluso mala salud, mostrando cinismo o negligencia.

_Se hacen los suecos: yo no he oído nada, no entendí, no sabía… El “se me olvidó” es una de sus armas favoritas.

_Desaniman al que le rodea: los pasivo agresivos muestran un constante pesimismo y negatividad; todo es dificilísimo, complicadísimo y nada merece la pena y, por eso, generan una progresiva desmoralización a su alrededor.

_Cortan la comunicación: la superioridad moral es otra de las herramientas típicas del pasivo agresivo y va acompañada de otra, aplicar la Ley del hielo (mantenerse distante, silencioso, mmohíno). Cuando le preguntas si le pasa algo te dirá con buenas formas, que “nada”.

_Se victimizan: Otra técnica de los que no saben expresar sus emociones. Según ellos, son los menos atendidos y respetados por nuestra parte.