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¿Por qué mentimos siempre en el Curriculum Vitae?
Aunque los engaños en el currículo están muy estudiados, hay quien sigue falseando su realidad profesional. Estos son los errores que pueden echar por tierra tu futuro laboral.
Existen reclutadores y programas que hace que cada vez sea más fácil filtrar las mentiras de los candidatos a un trabajo. No importa la cantidad de veces que se diga que las mentiras tienen las patas muy cortas, cada vez más personas tratan de engañar en las entrevistas laborales falseando habilidades, aptitudes, experiencia… y hasta la propia vida personal.
En los currículos de última generación se pide información muy completa sobre habilidades soft, muy difíciles de maquillar. Y quien se vende por encima de sus posibilidades tiene todas las papeletas para ser descubierto por el entrevistador.
Las personas que optan a trabajos menos cualificados mienten sobre experiencias que no han realizado, mientras que los más cualificados ocultan experiencias negativas, periodos de inactividad o trabajos que han durado poco. Y ahora con la crisis, las mentiras se refieren a responsabilidades y retribuciones: como queremos trabajar, desinflamos nuestra propia trayectoria profesional.
Las redes sociales
Casi el 70% de los reclutadores investiga las redes sociales de los candidatos para comprobar si sus datos son reales. Y aquí es donde corren más riesgo los jóvenes de entre 18 y 34 años, pues son los perfiles más propensos a falsear su vida, costumbres y hábitos. Nunca deberíamos subestimar el valor de una mala foto en una red pública (borrachos, en poses demasiado sensuales, fumando alguna droga…) pues las empresas se fijan cada vez más en las capacidades humanas de los candidatos por encima de los títulos académicos. Y no solo las fotos, hoy más que nunca a Twitter la carga el diablo. Es impresionante saber cuántas personas se quedan fuera de un trabajo por hacer comentarios discriminatorios sobre raza, género o religión. (que se lo digan por ejemplo a Guillermo Zapata, el concejal llevado a los tribunales por bromear sobre las víctimas del terrorismo). Este filtro es muy útil antes de llegar al objetivo de cualquier CV, que es una entrevista de trabajo. Esta acción se denomina social recruiting y se basa en tres puntos clave: buscar información acerca de la cualificación para ese trabajo en concreto, sobre la vida y actividad online del candidato y sobre las opiniones que tiene la gente de su entorno sobre él.
El último peligro de las redes no son solo compartir fotos o pensamientos, sino no saber cómo expresarse: casi uno de cada cuatro candidatos muestra en internet pésimas habilidades de comunicación o comparte información confidencial acercad de su anterior empresa.
Los idiomas
Esta es una de las mentiras más fáciles de los españoles, exagerar sus habilidades en el manejo de un idioma extranjero. Mucha gente piensa que embellecer sus curricula con idiomas (aunque sea con el nivel de francés que diste en primaria) puede ser beneficioso, aunque para determinados puestos de trabajo puede ser hasta contraproducente.
Hay estudios que demuestran que la gente incluso miente en la sección de intereses de su currículum para proyectar una imagen de ellos mismos más sofisticados o para impresionar a los demás. La gente a veces puede no estar mintiendo a propósito (fuiste a Italia y te hiciste entender, así que no queda mal que pongas italiano básico en la solicitud, ¿verdad?) pero han construido una identidad y así es como se ven a sí mismos. Somos expertos en justificar conductas propias con bastante facilidad.
El problema surge cuando en algo tan banal como puede ser un hobby “experto en cine” da lugar a que el entrevistador te empiece a hacer preguntas sobre películas; si se da cuenta que tu cultura cinematográfica no pasa de la saga de Torrente, es fácil que tu interlocutor se pregunte “¿en qué más estará mintiendo?”. Obviamente serás una persona en la que no se puede confiar.
Errores más frecuentes
No hay que mentir por las anteriores empresas. Mitificar antiguos trabajos no te da más puntos, al igual que criticar sin mesura al antiguo jefe o compañeros (si lo hiciste con el anterior también hablarás mal de este)
No hay que dar como referencia el nombre de alguien que apenas conocemos pero con un cargo importante. Tampoco hay que dar el nombre de amigos o familiares, la impresión es pésima.
No mientas en tu nivel de idiomas. Se suelen hacer pruebas de nivel y ahí se descubrirá la falsedad.
No mientas por conveniencia. A los reclutadores les queda muy claro cuando una persona les está peloteando o les está diciendo lo que les gusta oír para conseguir un trabajo.
No dedicar tiempo para investigar a la empresa a la que te quieres presentar es un grave error, pues demuestra falta de interés. Es decir, te da igual ese puesto de trabajo, te da igual los ideales y no te sientes identificado: vas a mentir solo para que te den ese puesto a ti.
Mucha gente infla el CV solo para adaptarlo a una determinada oferta laboral y luego sufren cuando les llaman a la entrevista. Quedar como mentiroso delante de un experto en recursos humanos es una de las experiencias más desagradables de cualquier trabajador.
¿Conclusión? No merece la pena mentir en el curriculum. De hecho, si tienes dudas sobre incluir algún dato, ni te molestes en hacerlo. Ante la duda, sigue tu instinto y sé honesto.
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