Estilo

La advertencia de los psicólogos que lo cambia todo: si te sientes inseguro con tu ropa, es la mejor señal posible

Vencer el miedo a la opinión ajena y atreverse a vestir "raro" se ha convertido en la mejor terapia de choque para encontrar un estilo auténtico y, de paso, ganar una notable dosis de confianza personal

Lana Del Rey y su esposo Jeremy Dufrene sellan su amor con un beso durante la Semana de la Moda de París
Lana Del Rey y su esposo Jeremy Dufrene sellan su amor con un beso durante la Semana de la Moda de París

Hay prendas que parecen destinadas a vivir en el fondo del armario, paralizadas por el miedo a lucirlas en público. Sin embargo, la clave para forjar un estilo personal y auténtico podría residir precisamente en esa incomodidad inicial. Si un atuendo provoca una ligera sensación de extrañeza o inseguridad al cruzar el umbral de casa, es muy probable que sea la elección perfecta para romper los propios límites y empezar a vestir de una forma más genuina.

De hecho, este ejercicio no trata de disfrazarse ni de buscar la extravagancia por sistema, sino de realizar una elección estilística consciente que nos empuje fuera de nuestra zona de confort. La idea de "vestir raro" es, al fin y al cabo, completamente subjetiva. Para una persona puede suponer cambiar sus vaqueros de siempre por un pantalón de pinzas, mientras que para otra implicará atreverse con un sombrero llamativo o una combinación de estampados arriesgada.

En este sentido, el objetivo último es transformar una fuente de inseguridad en un acto de autoafirmación que fortalece la confianza personal. Se trata de un proceso que culmina en un notable sentimiento de orgullo que refuerza la autoestima a medida que uno se acostumbra a su nueva imagen.

De la ansiedad a la autoafirmación

Asimismo, superar esta barrera psicológica funciona de una manera muy parecida a una terapia de exposición. A medida que una persona se habitúa a ser el centro de atención por su vestimenta, la ansiedad inicial se diluye y la opinión de los demás pierde su poder paralizante. La repetición es fundamental en este proceso para desterrar de una vez por todas el miedo al qué dirán y empezar a dar prioridad al criterio propio.

Por otro lado, figuras relevantes del mundo de la moda, como Aly Meghani y Troy Cicotte, defienden que la ropa es también un campo de juego y que no hay por qué tomarse las opiniones externas con excesiva seriedad. Una visión aún más audaz es la de Matthew Lenehan, quien llega a interpretar los comentarios negativos no como una crítica, sino como una señal inequívoca de éxito, la confirmación de que ha logrado salirse de lo predecible y explorar nuevos territorios estéticos.

En definitiva, lo que comienza como un desafío personal puede acabar teniendo un efecto inesperado: empezar a disfrutar de la atención que antes se temía. La experimentación con el vestuario se revela así no como un simple acto de rebeldía, sino como una herramienta de gran valor para descubrir quiénes somos y cómo queremos presentarnos al mundo.