Casa Real

El primer posado del Rey y Leonor

Felipe VI y la Princesa de Asturias, que este lunes cumplirá 11 años, ya tienen su primer retrato oficial juntos, que el pintor Ricardo Sanz empezó a esbozar en marzo y terminó esta semana.

El cuadro se expondrá en la Sala del Club Siglo XXI, y Sanz ha optado por un retrato menos institucional, en el que el Rey no viste un uniforme oficial
El cuadro se expondrá en la Sala del Club Siglo XXI, y Sanz ha optado por un retrato menos institucional, en el que el Rey no viste un uniforme oficiallarazon

Felipe VI y la Princesa de Asturias, que este lunes cumplirá 11 años, ya tienen su primer retrato oficial juntos, que el pintor Ricardo Sanz empezó a esbozar en marzo y terminó esta semana.

El ruido de la puerta al cerrarse es el indicativo de que ha quedado atrás el mundo concreto y evidente para entrar en una evasión de paisajes, retratos, bocetos inacabados, pinceles y carboncillos perdidos por las estanterías. Bienvenidos al hogar de Ricardo Sanz, el pintor que ha conquistado el gusto de la Familia Real desde que aquel 1986 hiciera su primera incursión con un retrato de Doña Sofía que se expuso en la Embajada de España en París. Después de aquello, hizo los honores con un jovencísimo Don Felipe en 1995, y su trabajo se vio reconocido al ser el elegido para pintar el primer retrato oficial de los entonces Príncipes de Asturias, Don Felipe y Doña Letizia, después de su boda.

Sanz es amable y cauto, de palabra exacta de guipuzcoano, con una sonrisa permanente que le impide ser cortante. Explica educadamente a los «visitantes» la obra que reina en sus paredes ante la expectación creada, pero contiene la prisa por mostrar uno. Está deseando vernos ya en la otra sala, en su taller, con el sutil nervio del que espera una valoración. Porque Ricardo Sanz ha vuelto a ser el primero. El primero en retratar al Rey y a la Princesa de Asturias, Doña Leonor, sucesora a la Corona.

«El jueves di el último retoque, pero vamos, ya no hay vuelta atrás», dice con modestia uno de los mejores retratistas del país, delante de su cuadro de medidas colosales: 1,90 x 1,20. «El retrato es a carboncillo, y en los rostros, que es la zona más importante para mí, he trabajado con óleo. En el fondo, pinceladas más sueltas, para que consigan dar aspecto de pintura, no de dibujo».

El proyecto comenzó a fraguarse al poco tiempo de ser proclamado Felipe VI. La idea partió del prestigioso Club Siglo XXI, que desde 1969 es centro de diálogo y debate constructivo en el que todas las ideologías tienen cabida: en sus salones han impartido conferencias desde premios Nobel como Mario Vargas Llosa y Camilo José Cela, hasta el Príncipe Henry de Luxemburgo, siendo a su vez el primer escenario en el que Santiago Carrillo pronunciara un discurso. El retrato de Don Juan Carlos con su hijo Felipe preside la sala principal desde la Transición, por lo que la entidad pensó en Sanz para encargarle la responsabilidad de plasmar el relevo bajo su pincel. «Tras la abdicación de Don Juan Carlos me lo comentaron vagamente, pero fue a finales del invierno pasado, en marzo, cuando tanto por parte del club como por la mía nos pusimos en contacto con la Casa Real». La iniciativa fue acogida con gran ilusión por la Corona, pero no fue hasta verano cuando comenzaron los primeros posados en La Zarzuela. «Varias» han sido las citas con Don Felipe y su hija, pero la educada discreción del pintor le impide entrar en detalles sobre las «audiencias». «Es un hombre muy ocupado, por lo que siempre he intentado entretenerlos lo mínimo posible». Huelga decir que Don Felipe vivía inmerso por aquel entonces en investiduras fallidas y sucesivas rondas de consultas con un gobierno en funciones a la espalda durante casi un año. Ricardo Sanz tomó fotografías de los posados y elaboró su primer boceto, que el Rey sí llegó a ver, en el que inicialmente la Princesa de Asturias tenía el brazo izquierdo cruzado, en una pose más institucional. «Decidí pintarlo así, al igual que Don Felipe no lleva traje oficial, porque para mí la prioridad era transmitir su interior a través de su expresión mediante una pintura suelta y rota».

Zarzuela estuvo al tanto de la idea de la obra, pero Sanz se apresura a añadir que en ningún momento ha recibido indicación alguna por parte del Rey de cómo tenía que hacerlo.

«A mí me interesan dos aspectos en un cuadro: primero la composición y después la expresión. Me gustan los cuadros que hablan por sí mismos, evito la palabrería, explicarlos como ahora está tan de moda, eso me aburre», explica quien tiene como «pintores de cabecera» a Rembrandt, Velázquez y Soroya, entre otros. No lo dice directamente, pero asiente cuando se le dice que se nota que de Don Felipe ha querido resaltar serenidad, determinación y responsabilidad dentro de su pose erguida, y de la Princesa de Asturias la sencillez de una niña que este lunes cumplirá apenas 11 años, pero en la que a su vez se proyecta el futuro de la Corona, lo que se transmite al estar colocada un poco avanzada respecto al Rey, y reflejar un tenue movimiento en su postura.

«Yo pinto con estrés», se sincera. «Hay personas que creen que es ponerse tranquilamente y todo fluye, pero no puedo entregar cualquier cosa: es una gran responsabilidad pintar al máximo representante del Estado, y lo que fluye (añade con cierta causticidad) es el respeto que requiere el compromiso con todos los ciudadanos de ofrecer algo más que digno».

Y al final, a pesar de que su mente vague por paisajes venecianos, por flamencas ajenas a él en su danza o retratos, Ricardo Sanz también tiene que «hacer gestiones», que se «quita de en medio» por la mañana para poder dedicarse a pintar desde «después del café» hasta la madrugada si «la cosa se da bien». Afirma que así ha sido en el caso de su último retrato regio, en el que apenas ha invertido unos meses. Explica que no escogió al padre o a la hija para empezar: «Lo hago todo un poco a la vez, hago todo un conjunto». Él, que retrata al ser humano en todos sus géneros y formas, siente su papel más ducho en efigies masculinas porque en su fisonomía y expresividad son más fuertes, sobre todo «si tienen barba». Por eso, si tuviera que pintar algún político, se decantaría por el aspirante a la presidencia, Mariano Rajoy, porque es al que encuentra «más pictórico». Si el actual candidato se planteara ser retratado, el próximo 3 de noviembre a las 20:00 horas, podrá valorar su reconocido talento en el Club Siglo XXI, en la inauguración de la presentación del primer retrato del Jefe del Estado y la Princesa de Asturias, exposición que permanecerá abierta hasta el día 30. Quien aún no ha podido ver el resultado final es el propio Jefe del Estado, en Cartagena de Indias por la celebración de la XXV Cumbre Iberoamericana . Desde este periódico, le damos el adelanto.