Casas reales
La princesa Mette-Marit de Noruega padece fibrosis pulmonar
La princesa limitará su programa oficial durante algunos periodos
La princesa Mette-Marit de Noruega, esposa del príncipe heredero Haakon, ha sido diagnosticada con fibrosis pulmonar.
"El príncipe y yo hemos decidido informar porque, de ahora en adelante, puede ser necesario planear periodos sin actividades oficiales". Estas palabras de Mette-Marit, en directo desde el palacio real noruego, confirman la enfermedad crónica que padece la princesa y que la tenía alejada de la vida social desde hace tiempo. Y aunque el ambiente risueño y distendido de la declaración pública de la afectada, que estaba acompañada por su marido, no restaba hierro a la gravedad de la enfermedad, de hecho añadía "tengo que aprender a convivir con la incertidumbre".
Por suerte para Mette-Marit, ha sido diagnosticada en estado temprano y eso es favorable para el tratamiento de una enfermedad que, de momento, no tiene cura.
¿Qué es la fibrosis pulmonar?
Es una enfermedad pulmonar en la cual el tejido de los pulmones cicatriza y, por tanto, se vuelve grueso y duro, dificultando la respiración y que la sangre no reciba el oxígeno suficiente. La fibrosis quística tiene varios niveles; leve, moderada y grave. Al parecer y por lo que han declarado ellos mismos, a la princesa Mette-Marit se la han detectado en una fase inicial, pero, según los estudios consultados, en la mayoría de los casos la esperanza de vida no va más allá de los tres años. No se conoce cura, ni su origen, pero sí se sabe que puede ser heredada. Los síntomas pueden ser: tos entrecortada y seca que no mejora, reflujo gastroesofágico o dificultad para recuperar el aliento después de un esfuerzo, por leve que sea y a medida que avanza la enfermedad, aumenta la dificultad para respirar. Al parecer, hasta la fecha los médicos no han encontrado ningún remedio para curar la fibrosis quística, los fármacos con los que se trata, pueden ralentizarla pero no curarla. Es probable que tan solo un trasplante de pulmón pueda dar una esperanza de salvación para Mette-Marit, la heredera al trono noruego de 45 años, que se casó en 2001 con Haakon, su príncipe nórdico después de superar el rechazo familiar, dado el pasado convulso que aportaba ella a la regia relación. Ahora la pareja afronta unida la gravedad de la enfermedad que acaban de hacer pública desde el palacio nórdico y cogidos de la mano sonrientes.
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