
Salud
El horario de verano está arruinando tu salud
El debate sobre el cambio de hora, que tanto nos afecta dos veces al año, tiene una nueva vuelta de tuerca desde Estados Unidos. Un estudio de Stanford cifra en cientos de miles las apoplejías y la obesidad evitables

Imaginar que una decisión política pudiera evitar cientos de miles de apoplejías y millones de casos de obesidad cada año parece ciencia ficción. Sin embargo, este es el panorama que dibuja una investigación de la Universidad de Stanford para Estados Unidos, que ha puesto cifras al que podría ser un coste oculto para la salud: la costumbre de cambiar la hora dos veces al año. El estudio concluye que eliminar esta práctica tendría un impacto directo y muy notable en el bienestar de la población.
De hecho, el problema de fondo reside en la agresión que supone para nuestro reloj biológico interno. Este delicado engranaje, conocido como ritmo circadiano, regula funciones vitales como el sueño, los niveles de energía o la respuesta inmunitaria. Cada vez que adelantamos o atrasamos los relojes, forzamos un desajuste en este sistema que va mucho más allá de la simple sensación de cansancio de los primeros días.
En este sentido, la investigación calcula el beneficio de adoptar un horario estándar permanente en Estados Unidos. Bajo este modelo, las estimaciones sugieren que, anualmente, se evitarían 300.000 apoplejías y hasta 2,6 millones de diagnósticos de obesidad, según los datos del estudio que ha recogido el medio Vice.
Por otro lado, el informe analiza una segunda alternativa: la implantación de un horario de verano fijo durante todo el año. Aunque las cifras son algo más modestas, seguirían siendo de una enorme envergadura, con una reducción anual de unos 220.000 accidentes cerebrovasculares y 1,7 millones de casos de obesidad. La conclusión es clara: ambos escenarios son preferibles al sistema actual de cambios bianuales.
El fin del cambio de hora, una cuestión de salud pública
Asimismo, estas conclusiones no hacen sino reforzar una evidencia científica que lleva años acumulándose. Investigaciones previas ya habían demostrado una correlación directa entre el cambio de hora de primavera, cuando se pierde una hora de sueño, y un repunte de infartos y de accidentes de tráfico en los días inmediatamente posteriores. Se trata de una prueba del estrés agudo al que se somete al organismo de forma recurrente.
Por todo ello, algunas de las organizaciones médicas más importantes de Estados Unidos ya se han posicionado con rotundidad. Tanto la American Medical Association como la American Academy of Sleep Medicine han manifestado públicamente su apoyo a la eliminación del cambio horario, respaldando el horario estándar permanente como la opción más saludable y la que mejor se alinea con la biología humana.
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