La familia Grimaldi ha vuelto a convertirse en el centro de todas las miradas en el Longines Jumping Internacional de Montecarlo, uno de los eventos ecuestres más prestigiosos del verano. Carolina de Mónaco y sus hijas, Carlota Casiraghi y Alexandra de Hannover, no solo demostraron su impecable gusto por la moda, sino que además sorprendieron con estilismos perfectamente coordinados que evidencian que el estilo puede, efectivamente, ser hereditario.

Cada verano, el puerto de Mónaco se convierte en epicentro de la élite ecuestre gracias al Longines Jumping Internacional, y la presencia de la familia Grimaldi eleva aún más el glamour del evento. Lejos de pasar desapercibidas, Carolina, Carlota y Alexandra demostraron que la elegancia atemporal y el savoir-faire monegasco siguen tan vigentes como siempre. Sus estilismos coordinados, pero con personalidad propia, consolidan a las mujeres Grimaldi como auténticas musas de la moda. Porque si algo han dejado claro, es que el buen gusto puede llevarse en los genes.

Looks a juego en clave elegante y femenina

Carolina, fiel a su sofisticado estilo, eligió uno de sus básicos infalibles: un vestido midi estampado, ceñido con cinturón con lazada y escote en ‘V’. Una silueta clásica y favorecedora que estiliza sin esfuerzo y que ya es seña de identidad de la princesa monegasca.

Alexandra, por su parte, apostó también por un diseño midi, esta vez con estampado floral y detalles de lazos y ribetes que acentuaban un aire romántico y juvenil. La benjamina de la familia se mantuvo fiel a la estética de su madre, dejando claro que comparte con ella el gusto por los ‘prints’ delicados y los toques femeninos.

Carlota Casiraghi, sin embargo, decidió desmarcarse ligeramente con una propuesta más contemporánea. La amazona y embajadora de firmas de lujo optó por un vestido largo de punto en color azul cielo que realzaba su figura y aportaba un toque moderno y minimalista al conjunto.