
Cuidado facial
Tatcha, la firma japonesa que ha hecho del cuidado de la piel madura todo un ritual
Entre tradición y ciencia, una nueva manera de entender la piel madura

Con el tiempo, la piel cambia su ritmo. Se vuelve más selectiva, más sensible a lo que le sienta bien y a lo que no. Una buena limpieza y una hidratación constante pueden marcar la diferencia entre una piel apagada y otra que mantiene su vitalidad. En ese terreno Tatcha ha encontrado su espacio y combina la delicadeza de los rituales japoneses con fórmulas eficaces pensadas para cuidar la piel madura con suavidad y precisión.
El limpiador japonés que respeta la piel madura
En muchas rutinas, el limpiador sigue siendo el gran infravalorado. Pero una buena limpieza puede transformar el aspecto de la piel, hacerla más luminosa y receptiva a los tratamientos que vienen después. En las pieles maduras este paso gana peso, porque la piel se vuelve más delicada y agradece fórmulas suaves que mantengan su confort.
La crema hidratante más reconocida de Tatcha
Después de limpiar, llega el momento de nutrir. The Dewy Skin Cream es una de las fórmulas más reconocidas de Tatcha y está pensada para aportar confort a las pieles que tienden a la sequedad. Su textura cremosa se funde al instante y deja un acabado luminoso, sin sensación pesada.
Al igual que The Rice Wash, combina arroz, algas y ácido hialurónico, una mezcla que mantiene la hidratación y refuerza la piel frente a la sequedad. En este caso, la fórmula es más densa y ofrece un plus de nutrición, ideal para quienes notan el rostro más seco o apagado. También puede usarse de forma puntual en pieles mixtas o grasas, sobre todo por la noche, para aliviar la piel tras tratamientos o climas que la dejan más sensible.

El contorno que completa la rutina japonesa
El tercer paso lo completa Ageless Revitalizing Eye Cream, una crema para el contorno de ojos que trabaja hidratación y elasticidad. Con extractos de peonía, madreselva y algas rojas, ayuda a suavizar las líneas de expresión y aporta frescor en la mirada. Está dentro de la línea Ageless, la más enfocada en pieles maduras, pensada para reforzar la zona más delicada del rostro.
Belleza con propósito
Detrás de Tatcha hay una historia que empieza con algo tan común como una piel irritada y el cansancio de probarlo todo. Vicky Tsai lo vivió en primera persona hasta que un viaje a Kioto le cambió la rutina (y la forma de mirar su piel). Allí se interesó por los rituales tradicionales japoneses y por cómo ponían el acento en mantener la piel sana, no en transformarla. De esa idea —cuidar en lugar de corregir— nació la marca. Actualmente, desde su laboratorio en Tokio, Tatcha combina tradición y ciencia japonesa para crear fórmulas que respetan el ritmo natural de la piel y la ayudan a mantenerse sana y luminosa.
Tatcha ha hecho del cuidado diario su punto fuerte. Su manera de entender la belleza se apoya en la constancia y en rutinas que respetan el ritmo de la piel. Un enfoque realista que recuerda que cuidarse bien no tiene por qué ser complicado.
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