
Belleza
Ni el tinte ni las planchas: el verdadero motivo por el que tu pelo se vuelve quebradizo y áspero
Son el recurso estrella para reparar el cabello dañado, pero un exceso de tratamientos de proteínas puede provocar el efecto contrario: una melena quebradiza, rígida y propensa a la rotura

Fuerte pero sorprendentemente frágil, el cabello humano está compuesto en su mayor parte por una proteína llamada queratina. Cuando los tratamientos químicos, el calor excesivo o el simple desgaste diario lo dañan, una de las soluciones más eficaces son los tratamientos de proteínas. Estos productos están diseñados específicamente para fortalecer y reparar el cabello castigado, actuando como una masilla que rellena las grietas y los puntos débiles de la cutícula, la capa externa que protege cada hebra. El resultado es una melena más suave y con una reducción considerable del encrespamiento.
De hecho, existen señales muy claras que indican que el cabello pide a gritos un refuerzo proteico. Un pelo que se estira demasiado antes de romperse, casi como si fuera una goma elástica, o que adquiere una textura pegajosa y lacia cuando está mojado, son dos de los síntomas más evidentes. Asimismo, una porosidad alta o los estragos visibles de tintes y decoloraciones también delatan la necesidad de una intervención que restaure su estructura interna.
Sin embargo, en el cuidado capilar, como en tantas otras cosas, el exceso de celo puede ser contraproducente. Un uso demasiado frecuente de estos tratamientos puede llevar a lo que se conoce como "sobrecarga de proteínas", un estado en el que el cabello se vuelve rígido, áspero y quebradizo. "La clave está en el equilibrio y en no pecar por exceso", advierte la especialista en cuidado capilar Sophia Emmanuel. La recomendación general es no aplicar estos productos más de una vez cada cuatro o seis semanas, permitiendo que el cabello asimile los beneficios sin llegar a saturarse.
La clave está en el equilibrio
En este sentido, es fundamental entender que los efectos de estos tratamientos no son de carácter permanente. Para mantener los resultados a lo largo del tiempo, es necesario repetir la aplicación de forma periódica, ajustando la frecuencia a las necesidades específicas de cada melena. Un buen consejo es complementar esta terapia de choque con un acondicionador profundamente hidratante justo después, ya que ayuda a devolver la flexibilidad y suavidad, contrarrestando la rigidez que a veces puede aportar un exceso de proteína.
Por otro lado, conviene no confundir la reparación externa con la nutrición interna. Aunque una dieta rica en proteínas es fundamental para la salud general del organismo, su función es construir cabello nuevo y sano desde el folículo. No obstante, las proteínas que se ingieren a través de la alimentación no tienen la capacidad de reparar el daño ya existente en el tallo capilar. Para esa tarea, los tratamientos tópicos que se aplican directamente sobre el pelo siguen siendo la herramienta más directa y eficaz disponible.
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