Andalucía

2-D. Par y vota

A las especulaciones disparadas, y disparatadas, en torno a la fecha de las elecciones autonómicas corresponde con más propiedad que nunca el término «quiniela», ya que los pronósticos combinan un poquito de conocimiento de los intervinientes (complicado es que el Huesca gane en el Camp Nou) y un mucho de probar suerte al buen tuntún. Quienes beben de fuentes bien informadas, ejem, han ido anunciando sucesivamente que los comicios serían todos los domingos entre la Natividad de la Virgen y su Purísima Concepción, sin dejarse ni uno, e iban retranqueando la fecha a medida que Susana Díaz dejaba correr el plazo preceptivo de los 54 días entre la disolución y las urnas. Ya sólo queda el 2 de diciembre y a esa antevíspera del martirologio de Caparrós, novísimo Día de la Patria en el imaginario del andalucismo posmoderno, se agarran estos arúspices que confunden el ejercicio del periodismo con las artes adivinatorias. Abundan más en el oficio las Aramís Fuster que los Ryszard Kapuscinski, qué vamos a hacerle... Será o serón, sólo el Altísimo y la presidenta de la Junta lo saben, pero sí es cierto que el desgaste supersónico de Pedro Sánchez puede tentarla a resolver lo suyo cuanto antes y en solitario, sin esa temida perspectiva nacional que se convertiría en una pesadísima piedra atada al cuello. ¿Cuántos votos, por ejemplo, no le daría a Juan Marín un mitin de la vestal Inés Arrimadas envuelta en la enseña rojigualda? La plenipotenciaria de San Telmo en La Moncloa, Chusa Montero, sabe que a su antigua jefa no le conviene la coincidencia: «Casi seguro que no serán el mismo día», ha esclarecido, más o menos, la ministra. El anuncio debe ser antes del próximo miércoles, fecha límite para que algún apostante se lleve el bote o se sigan acumulando euros para los sorteos de la primavera.