Política

Parlamento Europeo

«A pain in the ass»

«May se atrinchera en su postura irrenunciable sobre la soberanía de la colonia, que es el fuero que se dirime en toda esta historia»

El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker (d), recibe a la primera ministra británica, Theresa May / Efe
El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker (d), recibe a la primera ministra británica, Theresa May / Efelarazon

«May se atrinchera en su postura irrenunciable sobre la soberanía de la colonia, que es el fuero que se dirime en toda esta historia»

Dicho en el idioma de Lord Byron, que para eso la controversia es con Su Graciosa Majestad, además de sonar más fino, el asunto de Gibraltar se acabará convirtiendo en «a pain in the ass» para sus vecinos más inmediatos. Hace más de tres siglos que España y Gran Bretaña se dan patadas a cuenta del Peñón, y éstas golpean siempre las posaderas de los habitantes de una comarca depauperada y en vías de convertirse en un estado fallido. Parecía que el Tratado de Maastricht iba a solucionar el desaguisado propiciado por el que se firmó en la vecina ciudad de Utrecht, siquiera en parte, pero el «dickhead» –sigamos poniendo un diccionario entre los lectores y la ordinariez– de Cameron abrió de par en par las puertas de las honorables cámaras de Westminster al populismo. Aquel referéndum estúpido trajo este lodazal que tiene enterrados hasta el pescuezo a los que viven en la orilla septentrional del Estrecho, en un «ay» mientras dos gabinetes en apuros se juegan su futuro a los dados. Los negociadores de La Moncloa se ponen dignos con el tabaco de contrabando, apenas una milésima de PIB para los recaudadores de Calviño y el único medio de vida para los matuteros que aún se niegan a servir de mulas a los narcotraficantes o de capataces a los tratantes de esclavos. Mientras se preocupan por cuatro pesetas, el huevo, Theresa May se atrinchera en su postura irrenunciable sobre la soberanía de la colonia, que es el fuero que se dirime en toda esta historia. Que allí ondee la Union Jack, sola o en compañía, puede ser importante para el pundonor patriótico de algunos españoles; que el acuerdo fronterizo, sobre todo, y comercial para los años post-Brexit sea satisfactorio es capital para la supervivencia de unos cientos de miles de andaluces. Hay que elegir entre el pan y el golpe de pecho.