Política

Andalucía

Cirios y papeletas

Pedro Sánchez, ayer en un acto del partido en Sevilla / Foto: Ke-Imagen
Pedro Sánchez, ayer en un acto del partido en Sevilla / Foto: Ke-Imagenlarazon

No pudo más Pedro Sánchez, no pudo más. Tenía la inercia de haber sacado a Mariano Rajoy del Gobierno y el empujón le valió para pasar algunas hojas del calendario como presidente. Entre subidas y bajadas por la escalerilla del avión sonreía y mostraba una dentadura perfecta, de anuncio de pasta blanqueadora mientras la nada le buscaba los talones en forma de dimisiones, desaciertos y una parálisis institucional difícil de cuantificar. Se va convocando elecciones, pero consumando su proyecto estrella. A Franco lo van a sacar del Valle de los Caídos y la familia del dictador tiene 15 días para decir qué hacer con los restos. Casi nada, menos mal que al menos al desenterrar al general Sánchez deja a los españoles en manos de la modernidad de las grandes democracias occidentales, que todo el mundo sabe que han logrado sus actuales niveles de progreso e instrucción gracias al truco de abrir la tumbas con carácter retroactivo. Menos mal, que ése es su legado. Arias Navarro, «mantequilla» en los cenáculos del poder franquista, lo enterró en el Valle y Sánchez lo sacará pero sin saber dónde colocarlo, porque en la catedral de la Almudena tampoco puede ser debido a cuestiones de orden público. Si la familia no se aguanta, esta historia puede que acabe en el Tribunal Supremo, donde hasta 1977 se encontraba el Tribunal de Orden Público (TOP).

A por la papeleta

Sánchez, de momento, no deja atrás más cadáveres, aunque el PSOE queda algo más moribundo después de que no le hayan aprobado los presupuestos en el Congreso, porque sus socios estaban más preocupados de sus problemas con la Justicia. Oriol Junqueras, con vestimenta de capataz de paso, se desmarca mientras como el relator que todos buscaban. Ahí, frente a los jueces, narró las mil peripecias y bondades de una revolución sonriente con música de fondo de Pau Riba. Era el relator, claro, vaya trola en la que se montó. Casi le cantó aquello de «De Cataluña vengo de servir al rey/¡ay, ay!, de servir al rey», pero se marcó un «Amo a España» descomunal, abriendo los brazoz y lloroso. En ésas y con éstas, Sánchez se viene a Andalucía para presentar a Juan Espadas junto a Susana Díaz como candidato socialista a la Alcaldía de Sevilla. Espadas es alcalde sin oposición ni dentro ni fuera del Ayuntamiento, aunque todo el mundo se queje de que ha permitido que el centro de la capital andaluza se convierta en un inmenso comedero para turistas. Del trío sólo él mantiene el tipo en las encuestas crudas, es decir, sin cocinar, aunque ayuda que los sevillanos no tengan claro quién puede ser el recambio. Hay que hacer de tripas corazón, poner buena cara y saludar a la militancia todos juntos. En grupo, los disgustos se amortiguan, pero las amistades las carga el diablo. ¿Qué podrán ofrecerle a Espadas? Es una incógnita porque al primero lo ha sacado del Gobierno su propia mala gestión y a Díaz..., pues ya sabemos quién es Juanma Moreno. Campaña electoral en plena Semana Santa, ella, trianera de la calle Pureza, le podrá dar un cursillo acelerado al líder socialista para posicionarse delante de los pasos, coger la vara dorada y hacerse la foto con los cofrades sonrientes mientras les pide el voto para el PSOE. Sí, también veremos al resto de partidos con sus candidatos haciendo lo imposible debajo de una túnica de nazareno o mirando en pleno éxtasis a las imágenes bajo la severa mantilla. Papeletas de sitio, papeletas electorales. Lo que no pueden los partidos lo superan las cofradías con diferencia, ya vimos a «Kichi» detrás del Nazareno de Cádiz «llevando un cirio en la mano». Atentos a los balcones y a las delanteras de los pasos.

Al sur del Estrecho

Han estado los Reyes en Marruecos acompañados de una representación de las principales empresas españolas. Nos jugamos mucho cada vez que en el país vecino toman una decisión mirando a Europa. Es el primer socio comercial en la región del norte de África, que traducido en dinero son más de siete mil millones de euros en exportaciones. Es decir, casi el 3% de todo lo que vendemos. Antes del Estrecho, en el sur, los barcos de Conil y de Barbate ya se preparan para volver a los caladeros marroquíes mientras en Almería los agricultores se enfadarán porque se abre la puerta a las hortalizas moras. El intercambio de cromos no siempre deja contento a todo el mundo y menos cuando en lugar de tomates y pimientos se pone sobre la mesa el grifo de la inmigración, mecanismo ancestral de Mohamed VI para apretar en las negociaciones a costa de pateras. Se juega mucho Andalucía en este tipo de visitas, como Sevilla después del anuncio de Airbus que pone la piel de gallina, gallina de los huevos de oro.