Podemos

El equilibrio orgánico de Podemos se quiebra

La elaboración de las listas para el 20D con las imposiciones del sector de Pablo Iglesias provoca la salida de los próximos a Teresa Rodríguez

Pablo Iglesias y Teresa Rodríguez, en su primer mitin en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla
Pablo Iglesias y Teresa Rodríguez, en su primer mitin en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevillalarazon

No está encontrando Podemos un camino de rosas para la confección de sus listas del 20D. El anuncio del fichaje de Juan Pedro Yllanes, el magistrado que iba a juzgar el «caso Nóos», como número uno por Baleares no camufla el baile de nombres, las críticas por la falta de democracia interna –en teoría, una de sus señas de identidad–, el solapamiento de la democracia digital –bautizada desde el PSOE-A como «digital por el dedo de Pablo Iglesias– y la intromisión en las candidaturas.

Se van el catedrático en Derecho Penal y ex vocal del Consejo General del Poder General José Manuel Gómez Benítez o el director Benito Zambrano (que acepta pasar a la lista de Jaén por la facción de Cañamero y Gordillo). El ex rector de la Universidad de Sevilla, constitucionalista y hombre de cámara de Chaves Javier Pérez-Royo alega «motivos personales» para abandonar el número tres de la lista por Sevilla. Le sustituye el que fuera líder de IU en la comunidad en los años de la férrea oposición entre IU y PP que llevó a Chaves a adelantar elecciones en 1996, Luis Carlos Rejón, sirviéndole al PSOE de Andalucía en bandeja el argumento de «una nueva pinza» entre Podemos y PP. Rejón dejó de militar en IU –como recordó ayer Maíllo– en 2004, fue suspendido tras sus críticas a la organización y por ir en las Europeas en la candidatura Europa de los Pueblos del ex alcalde de Jerez (Cádiz) Pedro Pacheco.

El enfrentamiento entre los dos frentes –un sector oficialista encabezado por Sergio Pascual, el hombre de Pablo Iglesias en Andalucía, y uno crítico liderado por la portavoz de la formación en el Parlamento, Teresa Rodríguez– está más vivo que nunca. El partido desde Andalucía da instrucciones para que se aclaren los términos de los fichajes y las deserciones desde Madrid. En la capital, instan a que informe Andalucía. Por su parte, el ex portavoz nacional del Sindicato Andaluz de Trabajadores Diego Cañamero y el alcalde de Marinaleda (Sevilla) y líder nacional de la Candidatura Unitaria de Trabajadores, Juan Manuel Sánchez Gordillo, también han ratificado que no concurrirán a las elecciones generales en las listas de Podemos, tras participar en sus primarias con la lista «Utopía y Dignidad», la segunda más votada tras la de Pablo Iglesias. Ambos señalaron que el resto de componentes de la lista seguirán y desligaron la decisión de los últimos fichajes. En cualquier caso, Cañamero, muy próximo a Teresa Rodríguez (algo que no le perdona Iglesias, ya que no concuerda con su estrategia de centrar el partido), reconoció ayer que el discurso inicial de Podemos le «enamoró» pero ahora admite cierta decepción. «Si Podemos aterriza en la vida política diciendo que lo que hay no vale, entonces tiene que hacer algo distinto», dijo Cañamero, que apostilló: «Para ese viaje no se necesitaban alforjas».

El baile de nombres ha despejado todas las dudas sobre el conflicto entre la organización nacional (Pablo Iglesias) y la andaluza (Teresa Rodríguez). Se señala al hombre de Iglesias en Sevilla, Sergio Pascual, número 1 al Congreso por esta provincia, como responsable del fichaje de Pérez-Royo, visto como hombre de «la casta», y de la imposición en Córdoba de la sevillana Marta Domínguez en detrimento del activista Manuel Antonio Rodríguez, que ha renunciado a ir en una lista encabezada por cuneros. El grupo parlamentario andaluz se ha rebelado y 13 de los 15 parlamentarios han firmado un manifiesto a favor de Manuel Antonio Rodríguez, incluida Teresa Rodríguez, y el ex fiscal general Carlos Jiménez Villarejo. Los únicos parlamentarios que no han firmado han sido los dos diputados más afines a Pablo Iglesias y Sergio Pascual: Begoña Rodríguez y Esperanza González. El criterio establecido en las primarias de Podemos convierte en cuneros a muchos candidatos con apoyo nacional pero no provincial. Cuatro dirigentes sevillanos de máxima confianza del sector oficial van como número 1. En Córdoba, la militancia ha amenazado con un referéndum si se mantiene a Marta Domínguez como cabeza de lista. El estallido interno, hasta ahora latente, ya no se puede esconder.