Sevilla
El otoño llega a «Arte y Solera» con novedades
Nuevos platos en la carta de un restaurante que no pierde su identidad andaluza
El restaurante «Arte y Solera», en sus locales de la avenida Concejal Jiménez Becerril y calle Zaragoza de Sevilla, afronta una nueva etapa en otoño con novedades en su carta, caracterizada por el mestizaje pero sin perder de vista su identidad andaluza. Los comensales pueden disfrutar, por ejemplo, de la ensalada de pulpo con escarola o del solomillo de cerdo con cebolleta rellena, puré de patata y chutney de pimiento rojo. También figuran platos en los que es fácilmente reconocible la materia prima, aunque potenciada con otros elementos y salsas. Es el caso de la versión de calamares en su tinta o el foie a la plancha con reducción de naranja amarga, gelatina de manzanilla y esferas de Pedro Ximénez. Este último plato integra productos muy significativos de la cocina andaluza, como la manzanilla típica de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y la naranja amarga que cuelga de los naranjos de la capital hispalense. De postre destaca un concepto diferente de la tradicional torrija, un dulce muy vinculado a la Semana Santa. Se presenta con helado de pistacho, mezclando sabores que no dejan indiferente al paladar.
«Arte y Solera» se caracteriza por una cocina fina que no busca el artificio fácil. Trabaja el producto artesano, aunque la impronta del mestizaje siempre está presente porque su responsable, el chef Marco Antonio Paz, con 14 años de experiencia a sus espaldas, ha pasado por lugares tan dispares como el Valle de Arán, Alicante, Barcelona, Londres, Nueva York y República Dominicana. En Punta Cana, por ejemplo, trabajó en el hotel Tortuga Bay, un establecimiento de cinco diamantes. También ha formado parte de «Lasarte», restaurante tres estrellas Michelín del prestigioso chef Martín Berasategui.
El restaurante cuenta con una completa carta de vinos de bodegas familiares de pequeña producción, que no se suelen encontrar en grandes superficies, y que tienen la misión de sorprender al comensal. Todo ello sin renunciar a las grandes denominaciones de origen, como Rioja, Ribera del Duero y Toro. El marco de Jerez marca la diferencia y en Sevilla es algo indispensable, como el Pedro Ximénez o el Palo Cortado. Un total de 14 denominaciones de origen integran la carta de vinos de «Arte y Solera», desde suaves hasta otros con más cuerpo. De los blancos destacan Louro de Valdeorras o Apasionado de José Pariente, elaborado por vendimia tardía. De los tintos, Baigorri crianza o Guindalera, este último de Granada.
Los productos de la tierra son la base de la cocina, género fresco y de calidad. En cuanto a los clientes, el perfil es muy variado, ya que se mezclan tanto comensales locales como extranjeros, que buscan descubrir la variedad y la riqueza culinaria andaluza. Sin embargo, el cliente local ha sido fiel a «Arte y Solera» desde el principio, apoyando este proyecto gastronómico de excelencia. Disfrutar de un almuerzo o de una cena en sus comedores resulta una experiencia cálida y familiar. Un lugar de encuentro donde no hay prisas. Un placer para los sentidos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar