Política

Andalucía

Un millar de inmigrantes muere en 2018 al intentar llegar a España, más que en un lustro

El 80,6% de los 64.120 extranjeros que entraron de forma irregular lo hizo por las costas andaluzas, sobre todo por Cádiz

En 2018 más de un millar de inmigrantes han muerto intentando entrar a España/ Foto: EFE
En 2018 más de un millar de inmigrantes han muerto intentando entrar a España/ Foto: EFElarazon

El 80,6% de los 64.120 extranjeros que entraron de forma irregular lo hizo por las costas andaluzas, sobre todo por Cádiz.

Un total de 1.064 inmigrantes fallecieron o desaparecieron el año pasado huyendo del hambre o la guerra e intentando entrar a Europa por España, la mayoría sin pretender quedarse en nuestro país, una cifra que supera el total de las muertes registradas en los últimos cinco años y sólo superada por la crisis de los cayucos de 2006 y ante la que Pro Derechos Humanos lamenta que «nadie reaccione».

Los responsables de APDH-A, Rafael Lara, Carlos Arce y Ana Rosado mostraron ayer, en la presentación del informe anual «Frontera Sur» que realiza esta ONG, su «profunda decepción» por las políticas del Gobierno español de Pedro Sánchez. «Confiábamos en que diera un vuelco a la político migratoria y ha sido más de lo mismo, incluso dando una vuelta más de tuerca, lamentó Lara, ya que plantea «cortarle las alas a Salvamento Marítimo», un dispositivo único en la UE, por lo que acusan al presidente español de estar «evolucionando» en la misma línea que el presidente italiano Matteo Salvini.

Y aunque han defendido que no ven en la sociedad española un repunte de xenofobia y racismo como en otros países europeos, sí les preocupa que el mensaje de Vox «contagie al PP y al PSOE» y se use «ese sustrato de población con ideas racistas para subir electoralmente».

El informe revela que aunque es cierto que el año pasado aumentó la llegada de inmigrantes a nuestro país se multiplicó por 2,4, al pasar de 28.587 a 64.120 (un 131% más) –de ellos el 80,6%, 51.711 llegaron a las costas andaluzas, casi la mitad a Cádiz seguidos de Almería, Málaga y Granada–, para el «cuarto país de Europa con 46 millones de habitantes» supone «una invasión del 0,1%», por lo que criticaron el discursos de la avalancha y el efecto llamada.

Estos 64.120 lograron entrar, pero por el camino se quedaron 1.064 (499 se ha certificado su muerte y otros 565 están desaparecidos); 201 embarcaciones con más de 6.000 personas a bordo fueron interceptadas en Marruecos, según los datos recabados por la ONG que calcula que son más, dada la «opacidad» del país vecino; y de los 1.190 que lograron saltar las vallas de Ceuta y Melilla (la mayoría en unos pocos intentos masivos), 658 fueron devueltos en caliente, una práctica con la que APDH recuerda que el Gobierno socialista se comprometió a acabar, al igual que a eliminar las concertinas.

Pateras más llenas

Uno de los datos llamativos es que mientras el número de inmigrantes que entró por vía marítima se duplicó, el número de embarcaciones se incrementó en menor proporción, pasando de 1.199 a 2.127, debido a que las pateras vienen «más llenas» aunque son «más frágiles», lo que añade peligrosidad a la travesía.

Si la media es de unas 20 personas por embarcación en general, en el Mar de Alborán llegan neumáticas con entre 50 y 100 mientras en grupos de cinco o diez personas cruzan el Estrecho en «toys, hidropedales, motos acuáticas o ruedas neumáticas» y «han empezado a recuperarse las pateras de madera que no llegan a ser rescatadas por Salvamento Marítimo» sino que «es muy frecuente» verlas «abandonadas en las playas de Cádiz».

Aunque la inmigración irregular sigue teniendo rostro de varón joven en ocho de cada diez casos, en el último año experimentó un importante aumento la llegada de mujeres, incluso casos de pateras exclusivamente femeninas, un fenómeno que Ana Rosado atribuye a las dificultades que la actual Ley de Extranjería impone para la reagrupación familiar. Las mujeres emprenden su propio proyecto migratorio sin esperar a que sus maridos o familiares hombres puedan traerlas legalmente.

Menores no acompañados

En muchos casos llegan embarazadas o con niños pequeños, si bien los menores extranjeros no acompañados también se duplicaron. En 2018 llegaron 7.053 frente a los 3.147 del año anterior, la mayoría a Andalucía, que lanzó un SOS para que el resto de comunidades la ayudaran a acogerlos si bien «sólo se ofrecieron a acoger al 1,9%» de los 12.000 que la Junta de Andalucía decía tener acogidos en sus centros.

APDH-A es muy crítica con el «maltrato» a estos menores, que según Lara han llegado a ver «atados con bridas, durmiendo en las cubiertas de los barcos, trasladados de madrugada o incluso solicitado su repatriación sin garantías». La ONG ha puesto varias denuncias ante la Fiscalía y el Defensor del Pueblo.