Paco Cuenca: «La gente no puede permitir que la ultraderecha lo tenga tan fácil»

Granada va a cumplir cuatro años sin tren en mayo. ¿Cómo se soporta eso?

Hemos tenido que tirar de estrategia y de imaginación para mejorar la afluencia de turistas. Teníamos una media de pernoctación del 1,8 y hoy estamos por encima del 2,9. Coincide que nos quedamos sin trenes con que prácticamente estaba el aeropuerto para cerrarse y la alianza entre el Gobierno, la Diputación, la Junta y el Ayuntamiento ha permitido que tengamos 14 destinos de avión.

¿Se va a pedir una compensación?

Sí. La Mesa por el Ferrocarril estimó que a Granada le ha costado aproximadamente 400 millones no tener tren. No es que tengamos malas conexiones, es que no tenemos directamente. Le he trasladado al Ministerio de Fomento que requerimos compensaciones, con la mejora de infraestructuras como la segunda circunvalación, la conexión por ferrocarril con el Levante e iniciar el soterramiento de la vía a la entrada a la ciudad. Es determinante porque parte en dos la ciudad y cercena su capacidad de desarrollo.

Bruselas ha abierto una investigación para aclarar si los fondos europeos se usaron de manera adecuada y puede obligar a devolverlos.

Estamos esperando para asistir a la comisión de Fomento. Si eso se confirma, se obligará al Gobierno de España a que termine la infraestructura básica para la que recibió el dinero, que es ser parte del Corredor Mediterráneo.

El tren de momento no, pero el metro logró ponerse en marcha.

El PP le puso todas las trabas posibles. Ya está siendo un gran éxito, su entrada en funcionamiento ha propiciado que 11.000 coches no se cojan cada día.

¿Es positivo para Granada que la nueva consejera de Fomento sea de allí?

Tengo una buena relación con Marifrán Carazo y le he dicho que para su tierra lo mejor que puede hacer es empezar a ampliar los proyectos del metro. La línea 2 tiene que pasar por el centro en superficie. Ese planteamiento permitiría mantener residentes y conectar el centro con el área metropolitana.

Se han conocido estos días datos sobre la inversión pública en toda España y Granada es la cuarta por la cola en este ámbito.

También es verdad que se ha duplicado la inversión pública en los últimos años, dependiendo de cómo se lea. Hay un descenso importante en la obra pública, es verdad, y sigo defendiendo que le tocan a Granada inversiones fundamentales. Le toca en gran medida a toda Andalucía Oriental, que reúne las condiciones para ser el gran pulmón económico del Sur de Europa. Le voy a poner un ejemplo: el acelerador de partículas. Es una inversión público-privada de alrededor de 400 millones de euros. No se puede desarrollar en Sevilla, ni en el Levante, ni en Ciudad Real, en Granada sí.

¿Es realista pensar que podría albergarlo?

No solo es posible, es que ya empieza a ser una realidad. Llevo tres años reuniéndome al máximo nivel con responsables de PP y PSOE, a nivel nacional, y ahora con el ministro Pedro Duque. Ya cuenta con suelo y tenemos cuatro millones de euros de esa dotación para el inicio, que permitirá hacer el centro de desarrollo de fusión nuclear. Lo del acelerador de partículas es un puntazo, eso sí que es una revolución. Y al final Granada no es solo la ciudad de la Alhambra, es una ciudad de conocimiento y tecnología.

Se enfrenta a diario a un problema de seguridad arraigado desde hace unos años: el cultivo de marihuana. En la provincia se interviene un tercio de todo el cannabis de Andalucía. ¿Cómo se está abordando?

Muchas de esas viviendas de la zona Norte son titularidad de la Junta de Andalucía y durante estos años no han tenido la agilidad para registrarlas a nombre de la persona que viven. Hablé este tema con la consejera y ella es sensible. Los dos reconocimos que en los últimos cuatro años la Junta no ha estado a la altura. Le he pedido que inicie un proceso de regularización porque muchos pisos se usan para cultivo «indoor» y provocan problemas mayores porque el suministro básico de luz salta al haber enganches ilegales.

Esa es la otra consecuencia: los vecinos sufren cortes constantes de luz.

Claro. Estoy enfrentado con Endesa porque y yo tengo que defender a las familias que pagan su luz. Pero también le digo que esto está extendido en muchos sitios, no solo aquí. Se da un paseo por cualquier municipio de Andalucía y el olor no es precisamente a flores silvestres.

¿Cuántas viviendas quedan por regularizar?

Por lo menos cuatrocientas. En la zona Norte hay un parque de unas 4.900 viviendas promovidas por la Junta en su momento, muchas se vendieron y quedó un paquete de unas cuatrocientas en régimen de alquiler: queda por saber a nombre de quién están alquiladas. Y ese trabajo le corresponde a la Junta.

Las elecciones municipales son el 26 de mayo y las generales el 28 de abril. ¿Les va a perjudicar que estén tan cercanas las dos convocatorias?

Creo que cuando la gente vota en las municipales se fija en la persona, en cómo se arregla su día a día. Hubiera preferido que no se diera ninguna cita electoral cerca para que habláramos de Granada.

Ahora mismo gobiernan en minoría, con ocho concejales. ¿Piensa que irrumpirán más fuerzas políticas en los ayuntamientos como ha ocurrido en el Parlamento andaluz?

Gobernar con ocho roza lo heroico, casi nadie consideraba que íbamos a durar mucho. En el primer año nos dedicamos a arreglar cosas: poner en funcionamiento el metro, conseguimos que el AVE tenga fecha, ha llegado el legado de Lorca... ¿Qué panorama hay por delante? Después de las andaluzas hubo mucha gente que se quedó en casa y si no votan están dejando hueco a los extremos.

¿Por qué los votantes de izquierda deciden no acudir a votar?

Porque tenemos un ánimo crítico. Hay un desencanto después de muchos años y eso ha propiciado que especialmente votantes del PSOE se quedaran en casa. Yo confío en que después de la irrupción de Vox en el panorama político, la gente piense que no puede permitir que la ultraderecha lo tenga tan fácil y al menos irá a votar.

¿Hace falta un cambio en el PSOE andaluz?

Soy de los que piensan que durante mucho tiempo el Partido Socialista no ha estado todo lo cercano que debía. Hay que hacer una reflexión abierta y sosegada, cuando toque. Lo decidiremos en el propio partido.