Crece la implicación de la Sinfónica con los colectivos más vulnerables

La consejera de Cultura, María Josefa García Cirac, asegura que el reto es «acercar la música a todas las personas» y posicionar este proyecto socioeducativo como el mejor referente a nivel nacional

Música universal. Que alcance a cualquier parte de la sociedad para ofrecer sonrisas, ilusión y entusiasmo. Un reto que la Orquesta Sinfónica de Castilla y León está llevando a cabo y, cada año que pasa, aumenta su implicación para participar en nuevos proyectos socioeducativos, haciendo hincapié, sobre manera, en aquellas personas en riesgo de exclusión social y otras necesidades específicas.

Y es que son varias las actividades en las que participa tanto el profesorado de la Oscyl, así como integrantes de la propia banda y voluntarios tanto del ámbito musical, pedagógico y social de Castilla y León. Proyectos regulares y otros continuados con una apuesta decidida: el acceso universal de la música clásica a todos los ámbitos sociales. Nueve en total, según señala a LA RAZÓN, la consejera de Cultura y Turismo, María Josefa García Cirac. «Todo ello está encaminado a reforzar una serie de valores, como la convivencia, la solidaridad, la cohesión, el respeto y la integración y el trabajo en equipo», asegura a lo que añade que «contribuye a potenciar las habilidades comunicactiva, emocionales y cognitivas de quienes participan de ellas»

Y uno de esos proyectos por excelencia del área social es el programa «In Crescendo», que comenzaba en febrero de 2011 y que ha llevado a crear una orquesta en el CEIP Antonio Allúe Morer, de Valladolid. Formada por 35 músicos, niños de entre 5 y 9 años de edad y profesores del centro, cada año se van incorporando nuevos escolares a la formación que muestra todas sus destrezas en un concierto en el Auditorio Miguel Delibes a final de cada temporada, aunque también ha actuado en varios puntos de la geografía española.

Otra de las actividades que está llevando a cabo son los talleres interactivos, una actividad que facilita el acceso a la música a personas con algún tipo de discapacidad. Se realiza por músicos de la Oscyl en colaboración con la Fundación Música Abierta y se trabaja con asociaciones como Aspace, Aspaym, Avem, Fundación Camino y Asprona, entre otras.

Además, esta temporada será una de las catorce sinfónicas que organizarán, a lo largo de 2016, talleres para unas 300 personas con discapacidad intelectual o del desarrollo. En estos conciertos finales participarán más de 1.000 músicos. Los participantes trabajan sobre «La flor más grande del mundo» una pieza musical basada en el cuento de José Saramago y crearán microcomposiciones que se sumarán a la original. En total se han implicado en este proyecto más de 200 músicos, que trabajarán codo con codo con unas 300 personas con algún tipo de discapacidad.

Y una nueva iniciativa que cuenta con mucho éxito es el proyecto «Música accesible», que lleva a músicos de la Sinfónica a espacios donde el público tiene poca o nula movilidad, como hospitales, centros de discapacitados o centros de personas mayores. Y hace unos días, la agrupación musical de Castilla y León celebraba en el Centro Asistencial Cristo de Morales, sede de la Fundación Personas en la localidad zamorana de Morales del Vino y en los centros El Madrigal, El Cueto, El Arca y El Telar de Salamanca, su Maratón Solidario, con el objeto de contribuir al desarrollo personal de los usuarios de los recintos a partir de su capacidad creativa y el aumento de sus bienestar a través del arte, así como cooperar en su integración social.

«Ahora hay que seguir trabajando, consolidando las actividades que ya están en marcja y lograr posicionarse como proyecto socioeducativo de referencia a nivel nacional es el principal objetivo a alcanzar, y acercar la música a quienes tienen más limitado el acceso a ella», concluye García Cirac.