Las placas de hielo por las nevadas impiden ir a clase a 14.000 alumnos

El temporal que azota a toda Europa dejó ayer su huella en Castilla y León. Los primeros copos empezaron a caer durante la tarde del martes y continuaron a lo largo de toda la noche, por lo que la Comunidad amaneció, sin excepción, con un manto blanco que hizo las delicias de los más pequeños de la casa.

Sin embargo, la nieve caída y las bajas temperaturas que se registraron durante la madrugada, ocasionaron estragos en carreteras y diferentes medios de transporte.

Así, el temporal impidió acudir a clase a un total de 14.005 alumnos, el 4,22 por ciento del total de Castilla y León, de las provincias de Burgos, León, Palencia, Soria, Valladolid y Zamora. El informe remitido por la Consejería de Educación reflejó que el mal estado de las carreteras en las rutas de transporte escolar imposibilitó asistir al colegio a 10.326 estudiantes, mientras que otros 3.679 se vieron afectados en sus propios municipios.

Los datos aportados por la Junta reflejaron que la provincia más afectada fue León, donde 4.771 menores de más de 50 localidades tuvieron que permanecer en sus hogares, al igual que los 4.019 de más de 40 municipios de Burgos. En la provincia zamorana no asistieron a sus escuelas 2.519 escolares de 30 centros urbanos; en Palencia y Soria fueron 1.741 y 471, respectivamente y en Valladolid se vieron afectados 420 estudiantes.

Precisamente en la capital leonesa se activó el plan de nevadas, por el que 250 efectivos municipales entre policía, bomberos, máquinas quitanieves, etc., trabajaron durante toda la noche para evitar un colapso de la ciudad al día siguiente.

Además, el Ministerio de Fomento informó de que el temporal afectó a algunas líneas ferroviarias en el norte peninsular. Aunque a lo largo del día ninguna línea continuó cortada al tráfico, sí se registraron demoras en las convencionales Castejón-Miranda de Ebro, Zamora-Medina del Campo y Ávila-Corcos.

En cuanto a los trenes de Larga Distancia, sufrieron demoras por acumulación de nieve en las vías los que unen Madrid y Gijón (que trasbordan en León), y Madrid-Santander (por problemas en el cambiador de Villamuriel).

Fomento informó también del impacto del mal tiempo en las carreteras de la Región y constató un corte en la BU-30. Aunque no hubo exigencia de cadenas a utilitarios en las vías de alta capacidad, se registraron incidencias en la red convencional: N-I, N-621 y N-625. Por lo que respecta a las autopistas, se llevó a cabo un corte en la AP-66.

Además, hasta 100 vehículos pesados fueron retenidos en la carretera nacional N-525 a la altura de la localidad zamorana de Monbuey y otro medio centenar en la autovía A-52 en Puebla de Sanabria.

Se adoptó esta medida para evitar problemas a los camioneros que circulaban hacia la provincia de Orense. Las retenciones «se efectuaron, incluso, sin tener necesidad absoluta en la provincia de Zamora pero desde Orense se reclamó esa ayuda», explicó el subdelegado del Gobierno en la provincia, Jerónimo García.

Sin embargo, la previsión para los próximos días deja atrás las nevadas (a excepción de las previstas para mañana en el norte de la Comunidad) para dar paso a la lluvia ininterrumpida que, se espera, acabe con la sequía.