Barcelona

Barcelona cortará al tráfico los aledaños de la Sagrada Familia

El Ayuntamiento peatonalizará un tramo de la calle Marina los domingos para el uso de los vecinos y la organización de actividades

La calle Marina, entre las calles Provença y Mallorca, quedará cortada al tráfico los domingos
La calle Marina, entre las calles Provença y Mallorca, quedará cortada al tráfico los domingoslarazon

El barrio de la Sagrada Familia es uno de los que más sufren las consecuencias del turismo masivo en la capital catalana. Es la «zona cero» del turismo barcelonés y muy probablemente el punto más visitado de España. Tres millones visitan el interior de la basílica, pero son unos 10 millones, según cálculos municipales, los que deambulan cada año por los aledaños.

Las inmediaciones del templo siempre están repletas de visitantes, que se bajan de sus buses en la Plaza Hispanidad y en la de Neruda, los únicos sitios en los que estos vehículos pueden aparcar. Así lo decidió el anterior alcalde, el convergente Xavier Trias, para evitar que los buses estacionasen en la puerta de basílica y descongestionar, así, las calles del entorno.

Aún así, el trasiego de coches es constante y la vida en el barrio se hace cada vez más difícil. Por ello, los vecinos llevan pidiendo desde hace años un plan municipal para recuperar la zona y el Consistorio estudió a finales del año pasado peatonalizar, al menos, la manzana más concurrida.

Ayer, el gobierno municipal anunció finalmente que a partir de mañana, todos los festivos la calle Marina, entre las calles Mallorca y Provença, quedará cortada al tráfico. El objetivo, apuntó, «es ganar espacio para el uso de los vecinos y la organización de actividades entre las ocho de la mañana y las nueve de la noche». Además, anunció que este nuevo espacio libre de coches se podrá incorporar como nuevo escenario para las actividades de la fiesta mayor de la Sagrada Familia.

«Hay demasiado impacto sobre el barrio», comenta Joan Balañach, miembro de la Junta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB). Al desgaste de la calle, ahora se le suma el «boom» de los pisos turísticos. La alcaldesa Ada Colau ha intentado frenarlo con una moratoria que de momento solo ha aumentado –se calcula que en un 20%– sus precios.

Hace poco menos de un mes, unos 300 miembros y representantes de diferentes asociaciones de vecinos de Barcelona se manifestaron por calles cercanas a la Sagrada Familia para protestar contra el actual modelo turístico de la ciudad bajo el lema «Somos barrios: stop turismo masivo». Una pancarta en la que se leía «Por la abolición de los pisos turísticos» abrió la manifestación, en la que los participantes reclamaron que dejen de construirse hoteles, mientras portaban carteles con lemas como «más vecinos, menos hoteles». También se apostó por «un turismo sostenible» e incluso hubo quien llevó pancartas en contra de las bicicletas en las aceras.

La manifestación fue convocada por la asociación de vecinos de Sagrada Familia, la Plataforma Gràcia cap a on vas, la Plataforma Recuperarem el Niza, la plataforma Henkel, los Amics del passeig de Sant Joan y la Associació de Barris per un Turisme Sostenible.

El presidente de la Asociación de Vecinos de la Sagrada Familia, Joan Itxaso, quiso dejar claro que no convocaban el acto en contra del turismo «sino en contra del modelo de turismo masivo que se está impulsando desde hace años». Algunas de las problemáticas denunciadas por las asociaciones convocantes son la desaparición del comercio de proximidad en detrimento de las tiendas de souvenirs, la construcción de macro hoteles que destruyen el paisaje urbano o perjuicios en el derecho a la vivienda, así como el incremento de pisos turísticos ilegales.