Barcelona

Barcelona recupera terreno en la lucha contra la contaminación

Las grandes ciudades europeas llevan años tomando medidas para paliar la polución

Lo contaminación de Barcelona es fácilemente advertible desde Collserola
Lo contaminación de Barcelona es fácilemente advertible desde Collserolalarazon

Desde su llegada a la alcaldía de Barcelona, Ada Colau y su gobierno emprendieron una cruzada contra el coche que comienza a dar sus frutos. Motivos no le faltan: Barcelona tiene el doble de contaminación que Londres.

Desde su llegada a la alcaldía de Barcelona, Ada Colau y su gobierno emprendieron una cruzada contra el coche que comienza a dar sus frutos. Motivos no le faltan: Barcelona tiene el doble de contaminación que Londres. Este problema, sin embargo, no es exclusivo de la capital catalana. Y, de hecho, otras ciudades, como Berlín, nos sacan casi una década de ventaja en la gestión de la polución. No es de extrañar, pues, que una de las medidas que más fuerza empieza a coger, a imagen y semejanza de varias capitales europeas es implantar un peaje para acceder a Barcelona. Esta misma semana tuvo lugar la cumbre por la calidad del aire, que reunió a cuarenta municipios del área metropolitana de la capital catalana, y, la margen de comenzar a restringir la circulación de determinados coches, como ocurre en otras ciudades, la implantación de un nuevo peaje.

El pasado 15 de febrero, la Comisión Europea dio un toque de atención formalmente a cinco Estados miembros, entre ellos, España, por superar de manera continuada los límites de dióxido de nitrógeno (NO2). La Comisión ponía el foco, concretamente, en Madrid, Barcelona y Vallès-Baix Llobregat. «Tomando en consideración la situación de continuo y persistente incumplimento sobre los valores límites de NO2, la Comisión opina que las medidas adoptadas por España han fracasado a la hora de hacer que el incumplimiento sea lo más corto posible», señalaron.

Ante esta situación, urgen medidas. En la mencionada cumbre municipal, las administraciones anunciaron que estudiarán la implantación de un peaje por congestión en el Ámbito-40 (40 municipios del área de la capital catalana). La operación se quiere llevar a cabo en el marco de revisión e implantación de un nuevo modelo de financiación de las vías de alta capacidad de Cataluña, puesto en marcha por la Generalitat.

El debate está servido. El área metropolitana no sólo obligará, prácticamente, a cambiar el coche sino que además los vehículos de determinada edad tendrán que soportar pagos extraordinarios como el peaje. ¿Y en el resto de Europa?

Berlín

Dejando de lado el caso de Estocolmo, que comenzó a limitar el tráfico en 1996, Berlín, y Alemania por extensión, ha sido una de las ciudades más insistentes en la aplicación de medidas anticontaminación. Desde 2008 se limitaba su acceso a aquellos vehículos que lleven una placa especial que indica el nivel de contaminación. Sus colores van desde el verde, el más ecológico al rojo, el más contaminante.

Ya desde 2010, las restricciones al centro de la capital se ampliaron y sólo se permite circular a aquellos coches que poseen el distintivo verde. Según datos del gobierno de Berlín, en el 2012 la capital ya había conseguido reducir más de un 50 por ciento las emisiones de partículas de diésel y un 20 por ciento las de dióxido de nitrógeno, componentes químicos directamente relacionados con las enfermedades cardiovasculares.

Londres

En Londres se aplica una tasa de congestión que consiste en un cargo a los vehículos que se mueven en la zona de peaje de lunes a viernes en horario laboral, es decir, entre las 7:00h y las 18:00h. En cambio, no se paga ni los fines de semana, ni el día de Navidad ni el de año nuevo. El resto de días la tasa es de 12 libras al día por acceder al centro. Están exentos de pago los vehículos con 9 o más asientos, las motos y los vehículos de recuperación de carretera. En cambio los residentes en el centro de la capital inglesa tienen un descuento del 90%. En 2012 revisó la zona protegida y ya cubre la mayoría del área metropolitana, por lo que los vehículos en circulación deben cumplir la normativa europea en materia de emisiones.

París

La capital francesa, como Barcelona, aún tiene mucho camino por recorrer pero el cambio de alcaldía ha acelerado las cosas. En cualquier caso, París prohíbe la entrada en la capital a los vehículos diésel, y en episodios de gran polución impone la circulación alterna de matrículas los días pares e impares. A esta medida quedan exentos los coches eléctricos o híbridos que circulen con gas o electricidad, el transporte público, las camionetas de reparto y los automóviles dedicados al servicio público o sanitario. Además, para circular en determinadas zonas es imperativo llevar la «pegatina verde».