Tribunales
Condena de 55 años a un gerocultor que violó a ancianas en una residencia en Arenys de Mar
Se enfrentaba a una petición de 79 años de cárcel por cinco delitos de agresión sexual, y un delito de homicidio
Se enfrentaba a una petición de 79 años de cárcel por cinco delitos de agresión sexual, y un delito de homicidio
La Sección Tercera de la Audiencia de Barcelona ha condenado a 55 años y siete meses de cárcel a un gerocultor por agredir sexualmente a cinco ancianas dependientes y golpear a otras cuatro en una residencia de Arenys de Mar (Barcelona) la noche del 24 de diciembre de 2015.
Según ha informado este miércoles el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), la sala también le condena a inhabilitación especial para cualquier profesión en el ámbito sanitario por un plazo de 15 años, así como prohibición de aproximación y comunicación con las víctimas, y le impone una indemnización total de más 100.000 euros.
El condenado, José Manuel R.G., diplomado en fisioterapia y técnico superior en documentación sanitaria, el día de los hechos acudió a la residencia tras haber ingerido una cantidad no determinada de alcohol, cocaína y anfetamina, “cuya influencia supuso una leve afectación de sus facultades cognitivas y volitivas”, según la sentencia consultada por Europa Press.
La noche del 24 al 25 de diciembre, entre las 21.00 horas y las 8.00, el acusado agredió sexualmente a cinco ancianas dependientes y que padecían deterioro cognitivo en diversos estadios, de entre 60 y 91 años, golpeándolas para forzarlas y causándoles lesiones.
En la sentencia, el tribunal constata la violencia de la actuación “porque así lo evidencian tanto las lesiones faciales como las genitales observadas en las víctimas, muestras incuestionables de la violencia y la fuerza que hubo de desplegar el sujeto activo para llevar a cabo su acción libidinosa, realizada, sin y contra la voluntad de aquellas”.
En uno de los casos, una mujer de 84 años falleció el 30 de diciembre de 2015, como consecuencia de la agresión sufrida: el tribunal puntualiza que la causa directa fue un infarto, pero que hay una relación indirecta entre el traumatismo que sufrió y el infarto posterior.
Asimismo, “con la finalidad de menoscabar la integridad física”, golpeó en la cara a otras cuatro ancianas, de entre 90 y 104 años, que padecían deterioro cognitivo en diferentes estadios y, la más anciana, parkinson y demencia senil.
Una de ellas, de 96 años, que sufrió lesiones derivadas de los golpes, falleció el 22 de enero de 2016, siendo incinerada al día siguiente, sin que pudiera practicarse autopsia y por tanto determinarse la causa de la muerte.
PENAS
Por todo ello, la Audiencia le condena por cuatro delitos leves de lesiones a una multa de 360 euros; por los cinco delitos de agresión sexual a 53 años de cárcel, y por un delito de homicidio por imprudencia grave en concurso ideal con un delito de lesiones a persona especialmente vulnerable, a dos años y siete meses de cárcel.
El tribunal, que ha aplicado la circunstancia atenuante de intoxicación etílica y drogas, le impone la medida de libertad vigilada por diez años y condena como responsables civiles subsidiarios a la residencia y a la Generalitat de Catalunya, si bien exime a la directora de la residencia.
La sala ha tenido en cuenta las numerosas pruebas contra el acusado, entre ellas, las declaraciones de algunas de las víctimas, que pese a padecer “un grave deterioro cognitivo, pudieron verbalizar lo ocurrido, no con el detalle preciso para ofrecer un relato claro y preciso de las diversas secuencias delictivas en toda su extensión y en su concreta significación sexual, pero sí para cuando menos denunciar el concreto mecanismo lesivo que fue utilizado”.
José Manuel R.G., que fue juzgado a finales de noviembre, se enfrentaba a una petición de 79 años de cárcel por parte de la Fiscalía por cinco delitos de agresión sexual, cuatro delitos de lesiones y un delito de homicidio cometido por imprudencia grave.
NO RECORDABA NADA
En el juicio contra él, declaró que estuvo en dos bares con amigos antes de ir a trabajar a la residencia y que consumió alcohol y cocaína, por lo que no recordaba la noche de los hechos y afirmó: “No me lo puedo creer. Son barbaridades”.
José Manuel R.G. relató que no se acordaba de nada de lo que ocurrió esa tarde ni de cómo llegó al trabajo la noche del 24 de diciembre, cuando ocurrieron los hechos, y que sólo tenía recuerdos al día siguiente, cuando se despertó en casa de sus padres: “No recuerdo nada. Nunca pensé que me podía pasar algo así”.
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