Arquitectura

El castillo de la discordia

El nuevo plan de usos vuelve a provocar la polémica política del recinto

Más de un millón de personas pasan cada año por el castillo de Montjuïc
Más de un millón de personas pasan cada año por el castillo de Montjuïclarazon

Barcelona- El castillo de Montjuïc sigue siendo ese invitado incómodo en la geografía de Barcelona. Desde que cerró su Museo Militar y el Ejército dejó de ser el gestor, la fortaleza ha conocido diversas propuestas para orientar sus usos. La semana pasada, el Ayuntamiento presentó la última iniciativa, aparentemente la definitiva, y que trata de primar un uso turístico, sin olvidar el contenido histórico y político del mismo. Es ese último aspecto el que sigue propiciando un debate que no parece tener fin. La represión de la que fue testigo el castillo, realizada por los dos bandos enfrentados antes, durante y después de la Guerra Civil, sigue siendo el principal escollo con el que se encuentra cualquier propuesta museográfica relacionada con este espacio de la montaña de Montjuïc.

El nuevo plan de usos pretende potenciar el castillo como espacio simbólico, patrimonial y turístico. Para poder llevar a cabo esta priopuesta, se habilitará una zona de acogida de visitantes y habrá espacio para el Centro de Interpretación del Castillo, exposiciones temporales, el Memorial Democrático y conmemorativos, como del presidente de la Generalitat Lluís Companys y del pedagogo Francesc Ferrer i Guàrdia, fusilados en la fortaleza: el primero por las autoridades franquistas y el segundo como hipotético inductor de la Semana Trágica.

Es en este último punto donde comienzan las discrepancias políticas. En declaraciones a este diario, Ángeles Esteller, la portavoz del PP en el consistorio barcelonés, aseguró que lo que quiere el equipo del alcalde Xavier Trias es «convertir el castillo en un templo nacionalista, como se está haciendo en el Born. Había un compromiso para que en el castillo se acogiera un espacio expositivo que mostrara la historia del museo, recuperando algunas piezas importantes que estuvieron en el museo militar, como pinturas de Cusachs o la colección de soldados de plomo Llobera. El plan resalta una línea nacionalista, mientras todo lo demás queda a un tercer o cuarto nivel». En la actualidad las piezas que estuvieron en el viejo museo militar están repartidos en distintos espacios: desde almacenes municipales en la Zona Franca al Museo Frederic Marès de Barcelona pasando por el castillo de Figueres, además de alguna colección privada, propietarios que en su momento quisieron colaborar con el centro museográfico.

El teniente de alcalde y concejal de Cultura, Jaume Ciurana, no comparte ese punto de vista. En diálogo con LA RAZÓN, Ciurana puntualizó que «sí habrá un espacio expositivo donde habrá piezas militares. Es muy prematuro decir ahora cómo será ese lugar, aunque se podrá visualizar la relación del castillo con la historia de la ciudad. Lo que no nos planteamos es recuperar el museo militar».

Esteller también critica que se destaque sobre todo la figura de Companys como principal protagonista del castillo, «obviando, por ejemplo, a los que murieron en el foso de Santa Helena». Ciurana recuerda que «es evidente que Companys tiene una connotación importante. Es el único presidente de la Generalitat de Cataluña que ha sido fusilado y, por eso, tendrá su espacio en el museo. Pero no olvidaremos a otras víctimas, como las del foso de Santa Helena. Se equivocan los que dicen que esto será un santuario nacionalista».

En la actualidad, según los cálculos del consistorio barcelonés, más de un millón de personas visitan este lugar, lo que no deja de ser significativo si se tiene en cuenta que el acceso no es todo lo fácil que cabría esperar. Esteller considera que se tiene que mejorar todo lo relacionado con la conservación del patrimonio que tiene el castillo. «Hay que cuidar un patrimonio como el que representa la fortaleza», subraya la portavoz del PP.

El Ayuntamiento piensa invertir 12 millones de euros en los próximos años en el castillo.

LOS PUNTOS POLÉMICOS

LA PRIMERA VÍCTIMA CÉLEBRE

- El pedagogo libertario Francesc Ferrer i Guàrdia fue fusilado en el castillo de Montjuïc el 13 de octubre de 1909, tras un peculiar juicio. Se le acusó de ser uno de los principales inductores de la Semana Trágica.

LA REPRESIÓN REPUBLICANA

- El castillo de Montjuïc fue uno de los escenarios de la represión llevada a cabo por las autoridades republicanas durante los años de la Guerra Civil. El primero en ser fusilado fue el general Goded, inductor del golpe en Barcelona.

LA SOMBRA DE COMPANYS

- El de Companys es el más recordado de cuantos asesinatos se realizaron en Montjuïc. Su muerte y la interpretación que se ha dado de su papel político sigue siendo el principal escollo con el que se enfrenta el castillo.

DESMONTANDO UN MUSEO

- Probablemente el Museo Militar, ubicado hasta mayo de 2009 en el castillo de Montjuïc, es el único caso de petición de cierre de un museo en Barcelona. Sus colecciones –armas, maquetas y pintura– están dispersas.´