Cataluña

El Parlament ratifica los planes rupturistas que anuló el TC

JxSí reitera la declaración del 9-N con la esperanza de que la CUP facilite los Presupuestos

La diputada de la CUP Anna Gabriel, ayer, durante el pleno en el Parlament
La diputada de la CUP Anna Gabriel, ayer, durante el pleno en el Parlamentlarazon

El Parlament de Cataluña redobló ayer su desafío constitucional aprobando una moción que reitera los objetivos de la declaración rupturista aprobada el pasado 9 de noviembre y suspendida al cabo de poco por el Tribunal Constitucional (TC). A iniciativa de la CUP y con el apoyo de Junts pel Sí, el Parlament aprobó a un texto sobre «el momento histórico excepcional» de Cataluña que subraya «el mandato democrático surgido de las urnas el 27 de septiembre» y que ratifica «la voluntad» de desarrollar los planes de desconexión para «culminar democráticamente la independencia de Cataluña».

La aprobación del texto vino precedida de una enorme polémica en el Parlament, puesto que la Mesa permitió la tramitación y posterior votación de esta moción en contra del criterio de los letrados de la Cámara, que advirtieron de que la iniativa podía comprometer «el deber» de la institución de cumplir con las sentencias del Consttiucional.

Ciudadanos, PSC, Catalunya Sí que es Pot y PP expresaron sus quejas por la decisión de la Mesa (dominada por Junts pel Sí), al entender que su actuación consistió en ponerse «al servicio» de los soberanistas. Tres de los grupos pretendían que la Mesa retirara esta moción del orden del día, pero el bloque independentista impuso su mayoría para seguir adelante. «Ni la Mesa ni la Junta de Portavoces deben entrar a valorar el contenido político de una iniciativa parlamentaria», afirmó la portavoz de Junts pel Sí, Marta Rovira.

Las críticas de la oposición se reprodujeron durante el debate de la moción. «¿Con qué autoridad le van a pedir ustedes ahora que paguen sus impuestos o que cumplan sus obligaciones cuando ustedes no cumplen con la ley?», se preguntó el portavoz de C’s, Carlos Carrizosa. El diputado del PSC Ferran Pedret vio en la moción una maniobra para «la supervivencia mutua» de la sociedad de JxSí y la CUP y el portavoz de Sí que es Pot, Joan Coscubiela, lamentó que los soberanistas prometan cada día la desobediencia al TC cuando «la única que vemos es al Parlament y a sus servicios jurídicos». Finalmente, el coordinador general del PP catalán, Xavier García Albiol, dijo que la moción «tiene el mismo valor que un billete del Monopoly».

Dos de los ocho puntos de la moción no salieron adelante, puesto que Junts pel Sí no quiso comprometer a los cargos electos de Cataluña ni tampoco a los Mossos d’Esquadra. La CUP proponía que los primeros «desatendieran» las peticiones de «las instituciones no democráticas del Estado español» y sugería que los segundos dejaran de actuar como policía judicial, es decir, que ignoraran los requerimientos de la Audiencia Nacional relativos a «la desconexión».

El pacto de esta moción ha vuelto a poner a prueba la solidez de la alianza de Junts pel Sí y la CUP. Los anticapitalistas desconfían de las maniobras dilatorias de CDC respecto al proceso soberanista y ya planean un ultimátum en el caso de que no vean un gesto «palpable» de ruptura a lo largo de este año 2016. Junts pel Sí, por su parte, ha hecho un gran esfuerzo para mantener a salvo su alianza con la CUP con la esperanza de que esto facilite la aprobación de los presupuestos antes de la llegada del verano.

De hecho, Junts pel Sí ya se prestó a aprobar la declaración rupturista del 9-N con el objetivo de allanar la investidura de Artur Mas. El gesto no sirvió de mucho, pero la coalición de CDC y ERC ha llegado a la conclusión de que menos útil era no llegar a un acuerdo con la CUP.