Cataluña

La Cruz Roja ultima un plan para dar de comer a adolescentes

La jornada intensiva deja sin comedor a los alumnos de Secundaria

La Cruz Roja ultima un plan para dar de comer a adolescentes
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La Cruz Roja ultiman un plan para que los adolescentes también tengan asegurada, como mínimo, una comida al día saludable. La institución trabaja con la Generalitat para poner en marcha un plan piloto que servirá de base para extender el programa de las misma forma que se ha hecho con el que da de comer a más de 700 niños de Primaria. No obstante, en el caso de los jóvenes, se plantean dificultades añadidas.

¿Por qué? Muchos de los institutos catalanes tienen implantada la jornada intensiva, de manera que las clases, concentradas por la mañana, culminan a las 14.00 horas. Para los inscritos en Primero de ESO y en los siguientes cursos no hay servicio de comedor, por lo que no pueden beneficiarse de una beca comedor como sí pueden hacerlo lo más pequeños. Esta situación lleva a que los adolescentes de familias con graves problemas económicos se vean abocados a una total vulnerabilidad cuando entran en los cursos de Secundaria. Si sus padres o familiares no pueden proporcionarles los alimentos indispensables para su correcto desarrollo, no tienen dónde acceder a ellos.

La Cruz Roja ha detectado que los más pequeños se enfrentaban a este problema cuando, no siendo beneficiarios de una beca comedor o siendo sus padres incapaces de poder asumir parte de esa beca –hasta este curso la Administración no ha hecho cargo del 100 por cien de la ayuda–, volvían a sus casas a la hora de comer pero no se alimentaban correctamente. Así, desarrolló un plan para poder becar a estos alumnos y que pudiesen seguir en la escuela una dieta saludable. Pero en el caso de los adolescentes la dificultad radica en que el instituto no ofrece este servicio, por lo que volver a casa a la hora de comer es una obligación.

Para el coordinador de la Cruz Roja en Cataluña, Enric Morist, la jornada compactada es «una grave problemática para los colectivos vulnerables» ya que no pueden acceder con facilidad a las ayudas que Administración y entidades distribuyen a través de la escolarización o las actividades extra escolares organizadas en los centros educativos. Pese a ello, el organismo está buscando mecanismos para poder llegar a estos adolescentes y evitar que sufran más penurias. «Todavía no sabemos de qué modo vamos a facilitarles una comida equilibrada al día, pero vamos a hacerlo», aseguró Morist a Ep. Y, añadió que «las necesidades nutricionales de estos niños siguen cuando pasan a Secundaria y no podemos dejarlos en la estacada».

Entre las posibilidades está hacerlos a través de los comedores de los centros provistos de él, ya sea porque en las mismas instalaciones se imparten los cursos de Primaria o Secundaria o porque anteriormente sí se utilizaba dicho espacio como comedor. Otra forma de llegar a estos jóvenes, explica Morist, es la de hacerles llegar el menú a sus casas de una manera u otra. Ahora bien, tanto la Cruz Roja como la Generalitat busca la mejor alternativa que permita «preservar la dignidad» de los alumnos ante todo. Es decir, que su vulnerabilidad no se vea expuesta al resto de compañeros por lo que el anonimato e, incluso, que los adolescentes no sean conscientes de que la Cruz Roja les está ayudando con este servicio son condiciones sine qua non para que el nuevo proyecto salga adelante.

Se triplica la necesidad

El programa de becas comedor pudo ponerse en marcha el año pasado gracias a los 250.000 euros que «La Marató de la Pobresa» organizada por TV3 donó a la Cruz Roja y a Cáritas. La partida económica sirvió para poder ofrecer a 500 niños una comida diaria saludable. Sin embargo, tanto Cáritas como la Cruz Roja hicieron una sobresfuerzo para ayudar a más niños. En total, 1.043 alumnos de Primaria fueron becados por ambas entidades. Este curso, ya son 1.300 los niños que podrán comer bien gracias a las subvenciones de uno y otro organismo. De éstos, 700 recibirán la ayuda de la Cruz Roja. Por su parte, Cáritas ha podido aumentar la cifra de beneficiarios gracias a una donación anónima de 100.000 euros. Éstos «se repartirán a mitades iguales entre este curso y el próximo», señalaron.

En cuanto al compromiso de la Generalitat de garantizar una beca comedor a todo niño que lo necesite, la Cruz Roja se mostró esperanzada. «Todos nuestros beneficiarios han solicitados una ayuda pero todavía no se ha resuelto la convocatoria de becas», dijo Morist.