Barcelona

La vidente del ex president: «Pujol no irá a la cárcel porque los sinvergüenzas tienen suerte»

Adelina posa con la foto de Manuel Fraga, a quien asegura que atendió
Adelina posa con la foto de Manuel Fraga, a quien asegura que atendiólarazon

El suplemento Gente del Sábado entrevista a Adelina Fernández, la vidente de Pujol. Además, la Reina Letizia y su nueva imagen más musculosa y el nuevo destino de los Duques de Feria, entre otros temas.

«Ni pitonisa, ni médium, ni vidente; yo simplemente soy Adelina». Así de contundente se mostró la mujer que durante dos años ejerció como adivina del ya no «Molt Honorable» Jordi Pujol. Esta vecina de Vilar, una pequeña localidad de O Carballiño (Orense), abrió las puertas de su casa a LA RAZÓN para desenmascarar a Pujol, un hombre que le engañó, según su testimonio. «No irá a la cárcel porque todos los sinvergüenza tienen suerte», afirmó sin contemplaciones la bruja. A decir verdad, ella quiere huir del apelativo de bruja: «Soy curandera», recalca en todo momento. Pero Adelina Fernández llevó a cabo prácticas esotéricas para limpiar el aura del ex president de Cataluña. Aunque en un primer momento el patriarca del clan Pujol acudió a su consulta para que le quitara un tic que presentaba en los ojos. «Yo se lo curé», presume la señora, que a sus 78 años se encuentra en un perfecto estado de salud. Después de sanarlo, parece que Pujol se obsesionó con la curandera, por lo que se sometió al conjuro del huevo, que consiste en pasarlo por la espalda y el cuello de una persona a la vez que se lleva a cabo un rezo. Tras este paso, el huevo se parte. Si sale blanco es que todo va bien. Pero si sale negro significa que la envidia te persigue. «¿De qué color salía el huevo de Pujol?», pregunta la periodista con estupefacción. «Negro», responde rápidamente Adelina. Asimismo, añadió: «A él le perdía la avaricia y por eso tenía tantos enemigos que le llegaron a desear la muerte. Incluso dentro de su propio partido». Y es que son muchos los que sueñan con una fortuna de esas dimensiones.

«Le envidiaban por su avaricia»

La relación bruja-president nace en 1997. Pujol acudió a Les Escaldes (Andorra), donde vivía la famosa curandera de la zona. Hasta allí fue con Philip McMahan Bolich, un ex directivo de Banca Catalana con el que guardaba una estrecha relación. Así lo confirmó el norteamericano a los agentes de la UDEF. «Pujol creía en las brujas y él mismo se encargó de llevarme a una llamada Adelina», aseguró McMahan. Él es, precisamente, quien aporta total verosimilitud al testimonio de la curandera. También afirma que vivía en Les Escaldes y que visitó varias veces a Pujol en Barcelona. Asimismo, habló sobre el paranormal conjuro del huevo, procedente de la santería africana. Este norteamericano afincado en Andorra colabora con la Policía desde su imputación en el «caso Pretoria». Su situación económica es delicada, ya que en 2012 la jueza andorrana María Angels Moreno, a petición de la Audiencia Nacional, le bloqueó cuatro millones de euros que tenía en nueve cuentas diferentes.

Las palabras de Adelina concuerdan a la perfección con el testimonio de McMahan. «Me encontré en el Hotel Roc Blanc con él y su amigo –refiriéndose a McMahan–. Quería que le curara el tic nervioso que tenía en la vista. Después de alguna visita a Andorra me dijo que fuera yo a Barcelona», explicó Adelina. La relación pasó a ser casi profesional. El ex president vio en ella una fuente de la que sacar provecho. Y es que «la pela es la pela». Pujol la convenció para trasladar su consulta, una vez por semana, a Barcelona. En la Ciudad Condal no sólo trataba a Pujol. «Toda la cúpula de CiU pasó por mis manos a finales de los años noventa. Además, también venían amigos íntimos y familiares de él», dice la curandera. Su consulta se situaba, nada más y nada menos, que en el despacho del ex president en la sede de su partido, según asegura la propia Adelina. Ella recibía a varias personas al día y trabajaba «muchas» horas. De hecho, se llegó a sentir explotada por el patriarca del clan Pujol. «Recibía 150 euros diarios, mientras que ese hombre –Adelina no quiere ni pronunciar su nombre– cobraba a cada político 300. Llegó a ganar más de 10.000 euros diarios a mi costa», comentó. Además, se queja de que nunca le dejaban propina, «ni siquiera me daban las gracias». Ella tira de tópico para referirse a la cúpula de Convergència: «Todos los catalanes son igual de agarrados». Pero si tuviera que destacar a un cliente poco desprendido, el nombre lo tiene claro: Jordi Pujol. «Me pagaba 20 o 25 euros cuando venía a Andorra, porque yo sólo pedía la voluntad. Había obreros que me dejaban más dinero. Ese hombre ha sido siempre más agarrado que un chotis», afirma Adelina. Sin embargo, según la declaración de McMahan, Pujol cada vez pagaba más dinero por recibir los conjuros de la bruja. Éste es el único punto en que las versiones de ambos difiere.

«Le curé el tic que tenía en los ojos»

Esta vecina de Orense sólo estuvo dos años tratando al ex president. El día que se enteró de que la engañaba dijo basta. «Uno de los clientes me advirtió de que se quedaba con mi dinero», relata con tristeza. «Entonces me planté y le dije que no quería verlo más», añadió. Así fue como la curandera rompió relaciones con Pujol. «Yo siempre he hecho el bien, pero él se aprovechó de mí y quiso ganar dinero a mis espaldas», apunta con resentimiento. Y es que ella no tiene buenas palabras para el ex president: «Tiene muy mal carácter, el mal le corre por dentro». Al ser preguntada sobre quién podría desearle el mal a Pujol, Adelina muestra cierto recelo. «A mí nunca me lo dijo, pero lo comentaría con sus amigos, él sabe quiénes eran». Adelina recuerda, pese a que no se considera una médium, como el ex president solía preguntarle por el futuro. «Me preguntó si ganaría las elecciones de 1999. Le dije que sí, pero que lo haría por la mínima, al contrario que en las anteriores ocasiones», explica ella. De hecho, así fue. Pujol se hizo con el Parlament otra legislatura más en esos comicios.

En Les Escaldes mucha gente conoce a Adelina e incluso ha tratado a numerosos vecinos. «Los médicos no sabían lo que tenía mi hija y ella con unas hierbas la curó», explicó una vecina a «Espejo Público». En Andorra vivió durante años en las montañas de Engolasters, por lo que era conocida como la «bruja de las montañas». Desde hace nueve años volvió a Orense, a su pueblo natal. Allí, esta gallega sigue atendiendo a todo aquel que necesita de su ayuda. Aunque sólo recibe con asiduidad a amigos y familiares. Adelina, que nada tiene que ver con el estereotipo de bruja que aparece en los cuentos infantiles, se ha dedicado toda su vida a cuidar a enfermos y ancianos.