Víctimas del Terrorismo

«Las administraciones fallan en el trato humano con las víctimas»

Robert Manrique, víctima del atentado de Hipercor, ahora es el asesor de la Unidad de Atención a las Víctimas de Afectados por el Terrorismo (Uavat).

Entrevista a Robert Manrique, víctima del atentado de Hipercor
Entrevista a Robert Manrique, víctima del atentado de Hipercorlarazon

Robert Manrique, víctima del atentado de Hipercor, ahora es el asesor de la Unidad de Atención a las Víctimas de Afectados por el Terrorismo (Uavat).

Robert Manrique, víctima del atentado de Hipercor, ahora es el asesor de la Unidad de Atención a las Víctimas de Afectados por el Terrorismo (Uavat).

–¿Tenéis muchos problemas?

–El problema es que la gente a veces no sabe que hay un ministerio al que acudir.

–También está el tema de los familiares.

–Pues hubo casos muy concretos, como una persona de Zaragoza, y también una madre e hija atropelladas, y la madre aún está de baja. Lo que pasa es que cuando salen del hospital les dicen que vayan al ambulatorio y tal.

–¿Entonces cree que falló el Ministerio de Interior?

–Hizo una tarea legal, por lo que la ley obliga a hacer, pero no en todos los casos. Por ejemplo, en teoría se tiene que informar a todos los afectados, pero hay gente que no ha recibido ninguna llamada. Hubo víctimas que fueron directas al ambulatorio, sin comentar que venían de los atentados, y se quedaron en estrés postraumático y crisis de ansiedad. El problema es que entonces no pone en ningún sitio lo del atentado, y el Ministerio no los pueden encontrar.

–Se queja mucho de las Administraciones...

–No me quejo tanto, pero luego la gente te busca y tal. Empezamos aquí Sara, Eli y yo, mi equipo, Teníamos que presentar los temas con cara y ojos a nivel asistencial. Teníamos 89 usuarios. Ahora tenemos cuatro psicólogos forenses. Trabajamos de una forma, y me sabe mal decirlo, que es al revés de la Administración. Yo estaría encantado de que la Administración lo hiciera bien.

–¿Qué es lo que falla?

–El contacto humano. Pusieron una oficina de atención a los familiares de las víctimas, pero fue del 22 al 29 de agosto, cuando la gente estaba enterrando a sus muertos. Los testigos presenciales se encerraron toda esa semana en sus casas, y los heridos intentaban sobrevivir. Todo esto es obvio, pero las administraciones no lo reconocen.

–¿Cómo elaboraron la lista de los heridos y familiares?

–Por el boca a oreja. Yo, como víctima de ETA, lo que no quiero es que prescriban los atentados. Son 20 años.

–Se ampliaron las ayudas.

–No, no, es la jugada de Grande–Marlaska. Y no sólo eso sino también está lo de los plazos. Una víctima alemana de un atentado en 1994 se enteró de sus derechos en su país. La oficina que decíamos antes de atención a las víctimas del 17–A tendría que haber durado hasta el próximo 17–A. Es que hay gente que no conoce sus derechos. Y luego está la segunda parte, que es la gente que en ese momento estaba trabajando en La Rambla.

–Es un accidente laboral.

–Básicamente es atentado terrorista, no accidente de trabajo.

–¿Qué es lo que les cuesta más conseguir?

–Que los ministerios sepa que la labor de los forenses está por encima de los políticos. Los forenses hacen pruebas periciales.