Alimentación

El calor lleva a identificar a los ancianos de alto riesgo para evitar muertes

Las residencias vigilarán varias veces al día si sufren debilidad, mareos, confusión o alteraciones de la respiración, en la piel o la orina debido a las altas temperaturas

La Razón
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valencia- Ya está aquí. El verano, que muchos predecían suave y algunos hasta inexistente, hizo ayer acto de presencia en la Comunitat Valenciana con temperaturas cercanas a los cuarenta grados. Primera ola de calor y primeras alertas sanitarias, en especial sobre los colectivos más vulnerables, como el de las personas mayores.

Así, entre las medidas de prevención, la Conselleria de Sanidad, de la mano de la de Bienestar Social, ha puesto en marcha un plan de vigilancia que establece la obligatoriedad de las residencias de tener localizados a los pacientes de alto riesgo, realizar los chequeos en función del nivel de alerta y adaptar su dieta a las altas temperaturas

Así, el personal de estos centros recibirá información diariamente sobre las temperaturas que se esperan para cada día, sobre todo en aquellos de alerta amarilla o superior, es decir, a partir de temperaturas de 35 grados.

De este modo, podrán seguir y ofrecer las principales recomendaciones tanto para ellos, como para los residentes.

Para ello, los trabajadores tendrán identificados, tras una valoración médica, a los pacientes de alto riesgo a fin de definir las pautas de prevención e hidratación oportunas, además de los cuidados de enfermería y vigilancia de signos de malestar varias veces al día (debilidad, mareos, confusión, alteraciones de la respiración o en la piel o la orina).

Las principales recomendaciones están relacionadas con la alimentación. Así, no sólo se les recuerdan los beneficios de beber agua y zumos a lo largo de todo el día, sino que se recomienda a las cocineras y auxiliares de cocina preparar jarras de agua fresca, agua con limón, zumos fríos, bebidas isotónicas y en los casos que fuera necesario, mosto o agua de cebada. Y es que las personas mayores son más vulnerables a la deshidratación como resultado de una menor sensación de sed, de la menor eficacia de su función renal y de la toma de fármacos y por ello, es preciso que aumenten la ingesta de líquidos.

En cuanto a la dieta, cada residencia debe disponer de dietas específicas para estos casos, teniendo en cuenta la distribución de nutrientes, evitando comidas copiosas. Se recomiendan los gazpachos y sopas frías, así como la vigilancia de la temperatura de las neveras. Asimismo, tanto trabajadores como residentes deben vestir ropa ligera y de colores claros y si es necesario salir, hacerlo a primera hora de la mañana o última de la tarde. Además, es necesario vigilar las estancias donde se encuentran las personas mayores, ya que se sentirán mejor en las zonas más frescas, así como en habitaciones ventiladas y aclimatadas adecuadamente.

El objetivo es reducir al máximo los efectos sobre su salud, ya que el año pasado se registraron en los centros sanitarios de la Comunitat 72 atenciones por golpe de calor.