La gestora de Castor sólo reconoce los seísmos de pequeña magnitud

Los estudios de la empresa propietaria del almacén de gas subterráneo Castor de Vinaròs concluyen que los movimientos sísmicos inferiores a tres grados en la escala Ritcher sí tienen una relación directa entre la inyección de gas, pero no los superiores a esta magnitud, que se deben al movimiento de alguna falla, aunque no a la de Amposta. Así lo explicó ayer el ministro de Industria, José Manuel Soria, quien inmediatamente aclaró que el Gobierno tomará las decisiones que considere oportunas en función de los informes presentados por los expertos del Instituto Geológico Minero y no siguiendo los criterios de la empresa.

Soria visitó las instalaciones de Castor junto al ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo y el presidente de la Generalitat valenciana, Alberto Fabra.

De momento, la actividad en la planta permanece paralizada y así continuará hasta que quede garantizado que no entraña peligro alguno para la población. El ministro fue prudente con respecto a si la tramitación ambiental, realizada en 2007 fue la correcta. Dijo que se siguió la tramitación correspondiente y que hubo un periodo de exposición pública.

Fabra, por su parte, refrendó las palabras del ministro y aunque admitió que «para el común de los mortales» está clara la relación entre los trabajos de la planta y los movimientos de tierra, hay que esperar a conocer el criterio de los expertos.