La Tomatina agota las entradas dos semanas antes de la fiesta

VALENCIA- Las 15.000 entradas puestas en venta para el público en general por el Ayuntamiento de Buñol para la Tomatina se agotaron ayer, a tan solo dos semanas de su celebración. Aun así, quedan otras 3.500 de las 5.000 que se reservaron para los vecinos de Buñol. Del total de entradas destinadas a turistas, una parte se ha vendido a agencias turísticas y éstas aún pueden tener algunas sin vender, afirmó ayer el teniente de alcalde del municipio, Rafael Pérez. Ya ha habido algunos casos de entradas falsas y por eso, desde el Ayuntamiento se recomienda consultar los puntos de venta oficiales de la Tomatina en su página web antes de comprar.

Este es el primer año en el que hay que adquirir tiques, que cuestan diez euros. El objetivo de esta medida es disminuir el aforo de ediciones anteriores de 50.000 asistentes a 20.000. Con esta reducción se pretende aumentar la seguridad de la fiesta y que se disfrute mejor de la cita del próximo día 28, «ya que había mucha gente que venía y no podía ver ni el tomate», explicó ayer Rafael Pérez.

En cuanto a las 3.500 entradas que quedan para todas aquellas personas que estén empadronadas este término municipal, el Consistorio aseguró que no se sacarán a la venta en caso de que sobren, ya que se espera que los vecinos acaben recogiéndolas antes del domingo, último día para hacerse con ellas.

El propósito de destinar una parte de la venta de entradas a los vecinos es que la fiesta vuelva a los habitantes del municipio, que desde hace unos años se van del pueblo en esta fecha. «Queremos que vuelvan a ser partícipes». Por otra parte, las personas que quieran acudir a la fiesta y no tengan entrada, podrán acceder a las zonas de ocio, repartidas por toda la ciudad, y disfrutar del ambiente festivo de Buñol.

La Tomatina es una de las fiestas más multitudinarias y reúne cada vez una mayor atención en todo el mundo. Su origen se remonta a 1945, cuando un grupo de jóvenes boicoteó un desfile de gigantes y cabezudos provocando una pelea colectiva en la que uno de sus participantes cogió tomates y los utilizó como munición.