Paciencia y sabiduría

¿Qué don orna a Mariano Rajoy para tener tanto detractor y seguir en la Moncloa? No aprendemos. Ha sucedido lo de siempre. Todos de los nervios. Impacientes. Preocupados. Y aquél, tranquilo. Sereno. Impertérrito. Leyendo el Marca, dicen sus detractores. Eso sí, con la seguridad de conocer el final. Los árboles de la Moncloa sí le dejan ver el bosque y otear el devenir de los acontecimientos a 600 kilómetros de distancia.

¿El desenlace? El triunfo del Estado de Derecho. De la Constitución y de las Leyes. La capitulación del inestable Carles Puigdemont. El mismo resultado que cuando los presidentes del BBVA, del Santander, de la CEOE y la mayoría de los gurús de la economía le urgían a pedir el rescate a causa de la crisis económica. O cuando los aventureros no hicieron caso tras el 20 de Diciembre de su profecía de segundas elecciones, idéntica postura que adoptaron tras el 26 de Julio cuando el presidente del Gobierno anunció que sería él y no otro quien gobernaría.

¿Qué don orna Mariano Rajoy para tener tantos disidentes y, sin embargo, mantenerse en la poltrona monclovita? me preguntaba ayer mi amigo Rogelio. No sé, pero es el único capaz de engañarme una y otra vez. ¿Magia? ¿brujería? o quizá ¿resultados? No cumple con su compromiso de mi ansiada Ley eliminando el IRPF a los que en edad de jubilación siguen trabajando, pero reduce las cifras del paro año tras año y España crece con ritmo sostenido.

Lo cierto es que, tras las convulsiones de Cataluña del 21 de Diciembre, la política del presidente del Gobierno se ha impuesto y hoy aparece con una imagen en gran mejoría, impartiendo confianza y frustrando sueños que ha demostrado inalcanzables, que eran solamente sueños. ¿Será verdad que la mejor compañera de la sabiduría es la paciencia?. Así es la vida.