Valencia

Ribó, cada vez más cerca de gobernar en solitario, aunque sin poder real

El alcalde rechaza otorgar la vicealcaldía a los socialistas, que podrían negar su voto a las propuestas de Compromís y frenar así la aprobación de planes, presupuestos y ordenanzas

Joan Ribó y Sandra Gómez, el pasado día 7 de junio a su llegada al Rialto en la primera de las reuniones que se han mantenido para conformar el gobierno del Ayuntamiento de Valencia
Joan Ribó y Sandra Gómez, el pasado día 7 de junio a su llegada al Rialto en la primera de las reuniones que se han mantenido para conformar el gobierno del Ayuntamiento de Valencialarazon

El alcalde rechaza otorgar la vicealcaldía a los socialistas, que podrían negar su voto a las propuestas de Compromís y frenar así la aprobación de planes, presupuestos y ordenanzas

Los mismos que celebraron hace un mes la victoria de la izquierda en la ciudad de Valencia tratan hoy de sacar adelante un pacto «in extremis» que permita el gobierno en el Cap i Casal. Compromís y PSPV-PSOE llevan 18 días tratando de acercar posiciones sin mucho éxito. Los primeros, con diez concejales tras las elecciones municipales, se niegan a ceder poder y protagonismo a la candidata socialista, Sandra Gómez, que reclama una vicealcaldía. Gómez, por su parte, considera que los siete ediles de su formación (dos más que en los comicios de 2015) la validan como segunda en el gobierno local.

No obstante, el alcalde Joan Ribó, opina que el PSPV-PSOE ya tiene «visualización suficiente» con la primera tenencia de alcaldía, por lo que ve las exigencias socialistas «totalmente innecesaria».

Y es que la visibilidad es la clave. Ribó sabe que los próximos cuatro años serán una campaña continua donde Compromís deberá afianzarse como fuerza política indiscutible en la capital valenciana, más aún teniendo en cuenta que será la última legislatura de Ribó, al que hay que buscar sustituto. Otorgarle a los socialistas una vicealcaldía supondría compartir protagonismo con sus rivales políticos en 2023.

De ahí la reticencia de Ribó a la hora de dar el «sí» a la propuesta de Gómez. Para defender su postura, el alcalde alega, además, que la figura del vicealcalde no figura en el funcionamiento del consistorio, ni en la normativa actual, por lo que «podría crear más disfunciones que ayudas».

Sin embargo, no sería el primer vicealcalde de Valencia (ya lo fue Alfonso Grau durante el último mandato de Rita Barberá), ni el primer ayuntamiento bicéfalo Compromís-PSPV-PSOE (la alcaldesa socialista de Castellón, Amparo Marco, compartió poder con el vicealcalde de Compromís Ignasi García la pasada legislatura).

Así las cosas, y si ninguna de las dos partes da su brazo a torcer, Compromís podría gobernar en solitario. Una opción que el equipo de Ribó no ve con malos ojos pero que dificultaría la gobernabilidad del Cap i Casal. Con solo diez concejales, Compromís necesita de los votos socialistas para aprobar planes, proyectos, ordenanzas y presupuestos. Si el PSPV-PSOE se abstiene, los votos de PP, Ciudadanos y Vox, que sumaría mayoría, bloquearían cualquier propuesta de la izquierda. Si esto llegara a ocurrir, la pregunta que se plantea es: ¿cuánto tardará Ribó en ofrecerle a Gómez la vicealcaldía?

La clave es la vicealcaldía

Compromís se mostró ayer dispuesto a renunciar al «modelo gerencial» que proponían en su programa electoral y pasar a un modelo de coordinaciones de área, «con la esperanza de conformar un gobierno municipal con el PSPV». En contraprestación, pidieron a los socialistas que reconsideren su exigencia de una vicealcaldía como condición para conformar gobierno. Desde el PSPV rechazaron el ofrecimiento. «No es una renuncia, sino volver a la posición de partida». Para los socialistas, esta propuesta la propuesta «es un globo sonda para evitar asumir una propuesta razonable y sincera de conformar un gobierno de conjunto. Pedimos que se levante el veto al modelo del Botànic».