Alberto Fabra

Un traspaso entre caballeros, la guinda del día

Fabra esperó a su sucesor, Ximo Puig, a las puertas del Palau en un ambiente cordial

El presidente fue recibido por el ex jefe del Consell, Alberto Fabra. Muchos ciudadanos quisieron ver en directo esta imagen. Tantos, que hubo que establecer un mínimo control de seguridad. Solo fue hasta que se produjo este momento porque luego entró todo el que quiso.
El presidente fue recibido por el ex jefe del Consell, Alberto Fabra. Muchos ciudadanos quisieron ver en directo esta imagen. Tantos, que hubo que establecer un mínimo control de seguridad. Solo fue hasta que se produjo este momento porque luego entró todo el que quiso.larazon

El ex presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, esperó a su sucesor a las puertas del Palau. Ximo Puig trataba de recorrer las dos calles que lo separan de Les Corts. No fue fácil. Muchos valencianos decidieron sumarse al día festivo y le aclamaban. A él, al secretario general del PSPV, Ximo Puig y también a la que hoy será nombrada vicepresidenta, Mónica Oltra. Maratón de «selfies» y de abrazos que subieron todavía más la temperatura.

En los alrededores del Palau mucha más gente esperaba. Hoy era día de jornadas abiertas, pero el primero en entrar tenía que ser el presidente.

Fabra ya había confirmado que recibiría a Puig. Serio, más bien triste o emocionado. Elegancia y normalidad entre caballeros. También en la calle.

Dentro, el todavía Consell- Puig nombrará al suyo hoy- también esperaba y esto no gustaba a algunas de las recién llegadas señorías. Esas que representan a la nueva política... «¿Por qué no podemos entrar?, somos diputadas?». «En cuanto entre el presidente podrán», les respondían los encargados de la seguridad. «Es que ahí dentro está el Consell y ellos ya no son consellers». «Calma, pedía el seguridad».

Y llegó Puig y detrás, pisándole los talones Oltra y después, muy cerca, el síndico de Podemos, Antonio Montiel.

Aplausos en el traspaso, vítores para el nuevo presidente. Fabra le guió en un recorrido rápido por el Palau. Aunque Puig ya lo conoce, que 20 años no son nada.