Comunidad de Madrid
Botella planta cara al «botellón» a golpe de redadas masivas
La Policía Local impone 1.274 multas en dos fines de semana consecutivos
El fin de semana pasado, la Policía Municipal realizó una intensa redada en los distritos de Centro y Moncloa para acabar con los grupos de jóvenes que practican «botellón» en sus plazas. La operación se saldó con 621 denuncias por consumo de alcohol en la vía pública. Los últimos viernes y sábado, se repitió la operación en los mismos barrios con un resultado aún mayor en cuanto al número de expedientes abiertos: 653, lo que deja un saldo de 1.274 «botelloneros» sancionados en cuatro días.
Los dispositivos se desarrollaron en las zonas preferidas para beber en la calle: la plaza de España, el faro de la Moncloa, el Templo de Debod, la calle Julián Romea y el parque del Oeste. Un total de 400 efectivos policiales del Escuadrón de Caballería, la Sección Canina, las Unidades Centrales de Seguridad, la Unidad de Apoyo a la Seguridad y las Unidades Integrales de los distritos de Centro y Moncloa, participaron en los operativos que, además de las multas por beber en la calle, levantaron 167 actas por otras infracciones como venta ambulante y tenencia o consumo de estupefacientes.
Según explicó el Ayuntamiento de Madrid en una nota de prensa, los grupos de jóvenes que hacían botellón se disolvieron de manera pacífica y tranquila. De entre todos los lugares en los que actuó la policía, los agentes señalaron como especialmente concurridos los alrededores de la parada de metro de Ciudad Universitaria, donde los «botelloneros», además de la suciedad y el vandalismo que provocan con el consumo de alcohol, impedían el acceso de otros usuarios a la estación.
Estas redadas consecutivas suponen una vuelta de tuerca más a la guerra contra el «botellón» que la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, mantiene desde que era delegada de Medio Ambiente. Entonces, sumó a las sanciones por consumo de alcohol en la vía pública, las de provocar molestias a los vecinos por el ruido y por la basura que acumulaban en parques y portales para, con el incremento de las multas, disuadir a los «botelloneros» de armar jaleo y ensuciar las calles. También creó las Zonas de Protección Acústica Especial (ZPAE).
Desde que, el pasado verano, se modificó la ley de drogodependencias y otros transtornos adictivos de la Comunidad de Madrid, el coste de las multas por «botellón» se ha duplicado, lo que ha repercutido directamente en el número de sanciones impuestas. Así, entre julio y diciembre se impusieron algo más de 9.000 multas mientras que, entre enero y marzo sólo han sido unas 3.400, aunque hay que tener en cuenta que son los meses de invierno. Si se hace un cálculo por lo bajo de los 12.794 expedientes abiertos desde julio –a una media de 300 euros por pronto pago y si todos se resuelven en multa–, el consistorio madrileño habría recaudado 3.245.000 euros del «botellón».
Nueve meses desde el «multazo»
El pasado verano se dio un golpe de efecto en materia de sanciones a la guerra contra el «botellón» con la modificación de la «ley antibotellón» de 2002. Desde el 15 de julio de 2012, el coste de las multas por consumo de alcohol en la vía pública se incrementó de 300 a 600 euros –500 euros en caso de ser menor de edad–, con un descuento del 50% si se efectuaba el pago en los primeros días tras recibir la multa. Además, se eliminó la posibilidad de evitar la multa acudiendo a cursos de conciencia social, puesto que quedó probado que los mismos no servían para reducir esta práctica. Asimismo, la modificación de la «ley antibotellón» castigaba la reincidencia, aumentando la cuantía de la multa si se repite la sanción en los siguientes seis meses, hasta un máximo de 60.100 euros. Otro de los cambios más importantes que se hicieron a la ley fue el hecho de que fuesen los ayuntamientos, y no la Comunidad, quienes tramitasen directamente las sanciones. Esta medida logró agilizar la gestión y el cobro de las sanciones, que se redujo de varios meses a unos pocos días.
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