Teatro

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“Dios tiene vagina” es libertad de expresión para el Ayuntamiento de Madrid

Responde que la autonomía artística es “un pilar fundamental en las políticas culturales”

Un momento de la obra, representada en Naves Matadero
Un momento de la obra, representada en Naves Mataderolarazon

Responde que la autonomía artística es “un pilar fundamental en las políticas culturales”

El Ayuntamiento de Madrid, trasla polémica generada con la obra ‘Dios tiene vagina’, que se ha interpretado en Naves de Matadero, ha destacado, que como institución pública, respetan todas las “confesiones religiosas que se desenvuelven en el marco de la libertad religiosa y de culto que garantiza la Constitución Española”, al tiempo que ha subrayado la autonomía de los centros culturales municipales a la hora de cerrar su programación.

"Siempre desde la aconfesionalidad que también garantiza la Carta Magna”, el área de Cultura del Ayuntamiento, “más allá de las programaciones desarrolladas de manera autónoma por los grandes centros municipales, promueve programas propios que ponen en valor el acervo cultural indisolublemente unido a religiones como la católica, que forman parte de nuestro patrimonio cultural como sociedad”, han señalado a Europa Press fuentes municipales.

La obra en cuestión (Abogados Cristianos y Más Libres estuvieron recogiendo firmas para que se retirase porque aseguran que es una ofensa contra el cristianismo) se trata de una pieza producción del Festival Terrasa Noves Tendències, donde se estrenó en 2017 y ha sido ya representada “con total normalidad” en Barcelona, Valencia, el Festival de Reims en Francia y en un encuentro internacional de Tlalpan, en Mexico, han añadido las mismas fuentes.

La directora general de Actividades y Programas Culturales, Getsemaní de San Marcos, ha señalado que como área de Cultura del Ayuntamiento no pueden “sino respetar y facilitar la libertad de expresión, que en este caso va de la mano de la libertad creativa y artística”.

“Tanto las direcciones que programan los centros culturales municipales como los artistas que presentan allí sus propuestas, gozan de autonomía artística, algo que resulta un pilar fundamental en las políticas culturales de cualquier institución pública”, ha considerado.

Precedente en los Teatros del Canal

Para la directora, “el lenguaje artístico en el teatro, en el cine, en la literatura o en el arte ha sido desde siempre una expresión de libertad y creatividad que debe ser entendida en su contexto”.

“En ese sentido, y en la línea de la obra que estos días Vértebro Teatro ha presentado en Naves Matadero, ha habido otros muchos artistas que han sido muy incisivos en el uso de iconografías y estéticas que evocan símbolos religiosos”, ha indicado.

Según ha señalado, se han podido ver estos trabajos “a lo largo de los años en diversos espacios y festivales dependientes de diversas instituciones públicas, sin que hubieran trascendido polémicas de este tipo”.

“Sin ir más lejos, recientemente en los Teatros del Canal, dependientes de la Comunidad de Madrid, se presentó la última obra de Angélica Liddell, The Scarlet Letter, en la que también pudimos ver escenas de fuerte simbolismo religioso, desnudos y guiños a elementos sexuales, con toda normalidad y sin ningún tipo de denuncia”, ha recordado, en referencia a la obra que estuvo en febrero.